Antonio Medina*
Fotos: Familia Cerpa Medina
México DF, agosto 22 de 2012.
Hoy hace un año nació Mateo, nuestro hijo.
Hoy hace un año Jorge y yo ampliamos nuestra familia. Hoy somos un equipo de tres.
Hoy hace un año accedimos a un derecho fundamental: formar una familia, con derechos y obligaciones.
Hoy hace un año se materializó en una familia mexicana un derecho logrado por el colectivo LGBT, legisladores y legisladoras y gobernantes de nuestra ciudad: una adopción homoparental.
Hoy hace un año Jorge y yo emprendimos un camino sin retorno: la homopaternidad.
Hoy hace un año mi esposo y yo retamos al destino: le apostamos al cambio cultural.
Hoy hace un año nos comprometimos con la felicidad de nuestro bebé.
Hoy hace un año el amor entre Jorge y yo tuvo un retoño: Mateo Cerpa Medina.
Hoy hace un año sucedió una cosa buena en nuestra ciudad, en nuestro país, en nuestra América.
Hoy hace un año comenzó la vida de un niño en el seno de una familia gay mexicana.
Hoy hace un año el DIF del DF emprendió un tercer reto en su historia: garantizar el bien superior de un bebé.
Hoy hace un año el DIF del DF emprendió un proceso de indagación que confirmara que Mateo estuviera en una familia que le garantizara su salud, su educación y sobre todo, el amor en un ambiente armonioso.
Hoy hace un año en nuestra casa cambiaron los hábitos, las prioridades y los horarios.
Hoy hace un año, el sueño más sublime, tranquilo y vital en nuestra casa es el de Mateo. Jorge y yo no hemos escatimado tiempo en garantizar esa paz y tranquilidad con la que plácidamente duerme nuestro bodoque todos los días.
Hoy hace un año, debimos de aprender sin miedo todo sobre la alimentación y cuidado de un niño recién nacido. Cambiar pañales nunca lo imaginamos. Calentar biberones cada dos horas, no estaba en nuestro esquema de vida. Cantar a la ru-ru nene, no lo imaginábamos, pero saben una cosa, todo, absolutamente todo, ha valido la pena.
Hoy hace un año, nuestras familias adoptaron también a un nuevo miembro: lo aman.
Hoy hace un año, la solidaridad familiar, los apoyos, el amor estuvo disponible para los inexpertos y primerizos padres
Hoy hace un año, confirmamos que los prejuicios se diluyen frente al amor y la realidad: amigos y familiares nos lo han confirmado todos los días.
Hoy hace un año comenzó un viaje sin retorno: el amor hacia nuestro hijo Mateo, el compromiso de proveerle alimentación, vestimenta, salud, seguridad y sobre todo, garantizarle sus derechos como niño en un ambiente de paz y amor.
Mateo: un niño del siglo XXI
La llegada de nuestro hijo Mateo a nuestras vidas también nos representa un reto y estamos conscientes de que es un niño que vivirá su época, su tiempo, su historia: caminará, correrá, bailará, llorará, estudiará, soñará, tropezará, degustará, viajará, amará.
Nuestro hijo será un niño del siglo XXI, conocerá el valor de la amistad, tendrá referentes femeninos y masculinos; posiblemente preferirá un color sobre otro o un sabor dulce en lugar de un amargo; tal vez será tímido o tal vez no; quizá preferirá la literatura fantástica en lugar de la teoría física de Newton; en su educación formal tendrá preferencias temáticas; nada está escrito aún.
Sea lo que fuere, sus padres, al igual que muchos padres y madres, heterosexuales o gays, tenemos el propósito de estar siempre a su lado, en la ardua labor de la disciplina y la formalidad para que sepa tomar decisiones y valore las múltiples alternativas que tiene la vida.
En todo caso, este adorable terrícola que nació hace un año tiene a su favor el cúmulo cultural de un mundo que ha experimentado cosas buenas, saberes muy útiles en beneficio de las nuevas generaciones. Vayan ustedes a saber cuáles serán las formas de comunicación de nuestro hijo en 10, 20, 30 o 50 años. Las nuevas tecnologías serán parte de su educación y de su forma de interactuar, sin duda.
Desde luego, hay cosas que este pequeño ser humano llamado Mateo sabrá. Se enterará de otras cosas que suceden en este mundo: la injusticia, el desamor, la violencia, el deterioro social, las guerras y la furia humana contra iguales.
Pero, precisamente, sus padres intentarán siempre, junto con familiares y docentes, en un ambiente de seguridad y amor, de acuerdo a su edad, explicarle las cosas de la vida, con el pleno propósito de que vaya formando sus propios criterios y valores en torno a la democracia, la amistad, el amor, la honestidad, la solidaridad, y, muy importante, el respeto a la diversidad humana en todas sus expresiones, porque, como reza el slogan de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (Publio Terencio-165 A.C) siempre le inculcaremos el “Nada humano me es ajeno”.
En fin, hace un año, nuestro hijo Mateo vio la luz por primera vez, sintió el frío, escuchó nuestras voces, entró a la cálida atmósfera de su hogar: palpó nuestro amor. El amor de Jorge y mío que está por encima de todas las cosas.
Te amamos bebé, ¡Feliz primer aniversario! ¡Feliz cumpleaños!
México DF a 22 de agosto de 2012
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