Ángeles Cruz Martínez
Enviada
Periódico La Jornada
Jueves 27 de junio de 2013, p. 38
Jueves 27 de junio de 2013, p. 38
Cuernavaca, Mor., 26 de junio.
El sobrepeso y obesidad que afecta a 70 por ciento de los adultos y 30 por ciento de los niños en México podría bajar en una cuarta parte con un impuesto de 30 por ciento en el precio de los refrescos. Esta medida que bajaría el consumo de las bebidas azucaradas también tendría impacto en la prevalencia de diabetes, cuyo riesgo disminuiría 16 por ciento, aseguraron investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y de la Universidad de Michigan.
Los beneficios en salud se verían en la próxima década, explicó Tonatiuh Barrientos, miembro del Departamento de Investigación sobre Tabaco del INSP. El cálculo está hecho sobre el consumo de más de 350 mililitros de refresco al día por persona, que en el país corresponde a 25 por ciento de los individuos que toman estas bebidas; la mayoría (68 por ciento) son adultos de entre 20 y 44 años de edad.
Con un impuesto de 30 por ciento, se calcula que la ingesta basal de 882 mililitros pasaría a 535 mililitros diarios por persona.
Durante el seminario Generación de evidencia para la formulación de políticas públicas contra la obesidad: el caso del impuesto a los refrescos, se presentaron los resultados de tres trabajos sobre el tema, los cuales se llevarán a la Secretaría de Salud (Ssa) como evidencia de la eficacia que una medida fiscal de este tipo tendría en el combate del sobrepeso y la obesidad en el país.
Las políticas públicas deben tener un componente de salud y a la Ssa le toca hacer la labor de abogacía para que los mercados se regulen. Está claro que el problema de exceso de peso corporal que afecta a la población se debe, en parte, al elevado consumo de refrescos, afirmó Mauricio Hernández Ávila, director del INSP. Las consecuencias de ese nivel de ingesta se reflejan en los servicios de salud que atienden cada vez más pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, de alto costo, dijo.
El trabajo de Barrientos consistió en la aplicación de un modelo matemático para estimar el impacto que tendrían diferentes porcentajes de impuesto a los refrescos, siendo 30 por ciento el mayor. Con este porcentaje, la obesidad bajaría 23 por ciento y el sobrepeso 29 por ciento, mientras la cantidad de personas con un peso adecuado aumentaría en 26 por ciento en un plazo de 10 años.
Estos cambios en el consumo y el peso tendrían, a su vez, un impacto en la prevalencia de diabetes, explicó Rafael Meza Rodríguez, profesor del Departamento de Epidemiología de la Universidad de Michigan.
Actualmente 9 por ciento de la población general tiene un diagnóstico de la enfermedad.
De mantenerse la tendencia para el año 2050, el indicador subirá a 17 por ciento, pero si se aplicara el gravamen de 30 por ciento sólo a los refrescos se podría reducir para situarse en 14.7 por ciento. Se podrían prevenir 3.5 millones de nuevos casos de diabetes, indicó.
Además, con que los mexicanos que ahora tienen sobrepeso u obesidad redujeran su peso corporal también disminuiría en 16 por ciento su riesgo de desarrollar diabetes.
Antes, Mishel Unar, quien cursa el doctorado en Ciencias en Nutrición Poblacional en el INSP, resaltó que los impuestos al consumo de refrescos existen en 19 países donde ya demostraron su efectividad para disminuir el consumo de manera inmediata