Domingo 14 de febrero de 2010, p. 32
Fanny tiene 15 años y se autolesiona desde que cumplió 12. Asiste a una secundaria pública de la delegación Miguel Hidalgo.
Sus maestros la consideran buena estudiante y popular con sus amigos. No tiene problemas de conducta, pero desde hace un año buscó ayuda para dejar de autoagredirse.
“En mi casa había muchas broncas; mis papás siempre discutían y un tío empezó a acosarme. No pasó nada, pero todo el tiempo tenía miedo. Una vez me encerré en el baño y me corté.
“Al principio me sentí mejor, más tranquila. Me hacía pequeñas heridas en brazos y piernas para que sanaran rápido y volver a cortarme. Cuando mis papás se separaron pensé que iba a estar mejor, sin tantas broncas, pero fue peor. Me compre una cúter; me cortaba casi diario.
Una maestra de mi escuela se dio cuenta. Habló conmigo y me ayudó a decirle a mi mamá para tratar de buscar ayuda. Ahora voy a terapia, pero todavía no sé si lo voy a dejar de hacer
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