El punto del desencanto de algunos de los resistentes, es porque AMLO y el Movimiento que él lidera, no participamos como organización en el Paro Cívico Nacional, en las Asambleas Nacionales de la Resistencia Popular, en la marcha en Contra de la Carestía y la Falta de Empleo, tampoco en el Congreso Social Constituyente que se está celebrando en estos días, siendo que la mayoría de las organizaciones sociales, sindicales, campesinas y otros sectores de la vida nacional individual o colectivamente, están participando activamente con movilizaciones de protesta, con propuestas, resolutivos y alianzas para exigirle al gobierno que atienda y de solución a nuestras demandas como son, que los grandes empresarios paguen lo que deben al fisco, que la alta burocracia reduzca sus salarios, que se eliminen los gastos excesivos de la cuenta corriente, que se fije un salario mínimo que alcance para vivir decorosamente, que no se aumenten los impuestos ni se creen nuevos, que no se aumenten los precios de los combustibles y la energía eléctrica, que se derogue el decreto de extinción de LyFC, que no se privatice la comercialización de la fibra óptica, que se reinstale en sus puestos de trabajo a los integrantes del SME, que se creen nuevas fuentes de empleo dignas para todos los mexicanos, que los jóvenes tengan oportunidad de estudiar, que se termine la corrupción, que renuncie Calderón, que haya seguridad en el país, en fin, aquí podría seguirme todo el día con la lista, el punto es que todas las demandas anteriores y más, es lo que Andrés Manuel ha venido solicitando se resuelva desde hace más de tres años.y, hoy día, él está al margen de los acontecimientos, pasivo, en una apuesta para lograr los cambios que necesita el país hasta el 2012 que, en el remoto caso de que la izquierda pudiese arribar al poder ejecutivo ese año debido a la actual descomposición del sistema político y electoral, ya poco se podría hacer para recomponer al país.
Héctor Felipe Peláez Bonilla.
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