En EU, abogados de víctimas de abusos sugieren que testifique
Tiene el mismo estatus que todos los jefes de Estado, dice Della Torre
Viernes 2 de abril de 2010, p. 3
Ciudad del Vaticano, 1º de abril. El papa Benedicto XVI, acusado por abogados de las víctimas de ser responsable último de encubrir abusos sexuales cometidos por sacerdotes contra niños, no puede ser llamado a testificar en ningún juicio porque tiene inmunidad como jefe de Estado, afirmó este jueves un alto cargo judicial del Vaticano.
La entrevista con Giuseppe dalla Torre, jefe del tribunal del Vaticano, se publicó este jueves en el periódico italiano Corriere della Sera, coincidiendo con los servicios de Jueves Santo que el papa Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) celebraría en la basílica de San Pedro para conmemorar la fecha más solemne del calendario litúrgico, que culmina el Domingo de Resurrección.
Por la mañana, el Papa bendijo los óleos que se utilizarán en los servicios de la Iglesia durante este año, y por la tarde lavó los pies de 12 sacerdotes para conmemorar el gesto de humildad que realizó Jesús la noche previa a su muerte.
Sin embargo, en su sermón el Papa no se refirió a la crisis de confianza que padece la Iglesia cuando casi todos los días surgen revelaciones de abusos sexuales, acompañadas de acusaciones de encubrimiento.
Dalla Torre destacó la estrategia que utilizará el Vaticano para defender a Ratzinger si se viese forzado a testificar en varios procesos sobre abusos sexuales que están llegando al sistema legal estadunidense.
Sostuvo que el Papa es, con certeza, un jefe de Estado que tiene el mismo estatus jurídico que todos los jefes de Estado
, y por esa razón tiene inmunidad ante tribunales extranjeros.
Los abogados que representan varios casos de víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes en Estados Unidos han dicho que querrían que el Papa testifique, en un intento por demostrar que el Vaticano ha sido negligente.
Pero Benedicto XVI tiene inmunidad diplomática porque más de 170 países, incluido Estados Unidos, tienen relaciones diplomáticas con el Vaticano, al que reconocen como Estado soberano y al Papa como jefe.
Dalla Torre rechazó las sugerencias de que los obispos de Estados Unidos, algunos de los cuales han sido acusados de trasladar a los acosadores de parroquia en parroquia en lugar de entregarlos a la policía, podrían ser considerados empleados del Vaticano, lo que convierte a su jefe
en responsable final.
La Iglesia no es una corporación multinacional
La Iglesia no es una corporación multinacional
, dijo Dalla Torre; tiene primacía (espiritual) sobre la Iglesia (...) pero cada obispo es legalmente responsable de dirigir una diócesis
.
Rechazó las sugerencias de algunos abogados y críticos de la Iglesia acerca de que documentos vaticanos de 1962 y 2001 animaron a los obispos locales a no informar de los casos de abusos sexuales.
Reiteró la postura del Vaticano respecto de que los documentos, uno de los cuales pedía que los procesos fueran secretos, no sugerían que los obispos no deberían comunicar los casos de pederastia a las autoridades.
El secretismo servía sobre todo para proteger a la víctima y también al acusado, que podría ser inocente, y se refería únicamente al juicio canónico y no sustituía al proceso penal
, agregó Dalla Torre.
No hay nada que prohibiera a alguien (en la Iglesia) dar información a las autoridades civiles
, apuntó.
El Vaticano ha sido contundente en su respuesta a las informaciones mediáticas acerca de que el Papa gestionó mal una serie de casos de abusos antes de ser elegido.
Lanzó un ataque frontal contra The New York Times el miércoles por la noche, en su web (http:/ www.vatican.va/resources/resources_card-levada2010_ en.html) por parte del cardenal William J. Levada, que sucedió al Papa como cabeza de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Levada pidió al diario que reconsiderara su actitud de atacar al papa Benedicto XVI y dé al mundo un punto de vista más equilibrado de un líder con el que puede y debe contar
.
El Vaticano ha negado que encubriera los abusos contra 200 niños sordomudos en Estados Unidos por el sacerdote Lawrence Murphy entre 1950 y 1974.
The New York Times informó que el Vaticano y el cardenal Joseph Ratzinger –actual papa Benedicto XVI– fueron advertidos sobre Murphy pero éste no fue apartado de su cargo.
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