Suprimir tomas puede producir resistencia a los fármacos, lo que complica el tratamiento
El Seguro Social aplica terapias de rescate para enfermos avanzados, pero son mucho más caras
Domingo 23 de mayo de 2010, p. 33
Una sola dosis de la terapia para el control del VIH/sida que el paciente deje de tomar favorece el desarrollo de la resistencia a los medicamentos, y en el IMSS la evidencia es contundente. Para 90 por ciento de los afectados en quienes los tratamientos tradicionales ya no funcionan, la causa es la falta de adhesión a las medicinas, aseguró Rita Delia Díaz Ramos, jefa de área de Programas y Proyectos Clínicos del instituto.
A diario llegan a su oficina nuevos casos de derechohabientes que viven con VIH/sida para ser evaluados por un comité de expertos que determina si procede la prescripción de las llamadas terapias de rescate. Esta es la única manera de acceder a dichos fármacos, afirmó la funcionaria.
La razón es el alto costo de estos medicamentos innovadores. Díaz Ramos comentó que el incremento en la inversión que realiza el Seguro Social por paciente es de cinco a 10 veces cuando se requiere una de estas nuevas terapias. Mientras una de las combinaciones tradicionales de fórmulas vale alrededor de 3 mil pesos, el cambio a un tratamiento de rescate puede representar una erogación de 13 mil hasta 30 mil pesos mensuales.
Hasta ahora, los médicos tratantes que se encuentran en las 132 unidades médicas donde son atendidos los seropositivos han enviado a las oficinas centrales del instituto los expedientes de 230 pacientes en quienes los antirretrovirales han dejado de tener efecto en el control de la infección. En 198 el comité ha autorizado el cambio de tratamiento.
De estos últimos, el problema más grave detectado por los especialistas es la falta de adhesión a las terapias en 90 por ciento de los afectados. Derechohabientes consultados sobre el tema elogiaron las acciones que realiza el IMSS para asegurarse de que los pacientes reciben las mejores alternativas de tratamiento, pero también se preguntaron si la llamada falta de adherencia tendría alguna relación con los frecuentes problemas de desabasto que durante años se han presentado en los hospitales del Seguro Social.
Si bien reconocieron que las dificultades cada vez son menos frecuentes, es un hecho que en el pasado la imposibilidad de surtir las recetas completas era una constante.
En entrevista, Díaz Ramos comentó que a escala mundial la resistencia antimicrobiana es de 12 a 15 por ciento, nivel que expertos nacionales también han aceptado como válido para México. Díaz Ramos dijo que aunque todos los días se presentan nuevos casos, se requiere definir lo que pasa en nuestro medio
, es decir, conocer con precisión la cantidad de derechohabientes que ya deberían recibir en sus tratamientos uno o varios de los nuevos fármacos. Sin embargo, eso depende del criterio del médico tratante.
Actualmente, en el Seguro Social se atiende a 23 mil 531 personas portadoras del VIH/sida, de las cuales –por sus condiciones de salud y presencia del VIH en su organismo– 90 por ciento ya recibe alguna de las combinaciones de tres medicamentos o más, con la finalidad de mantener el virus en niveles indetectables.
Sólo de esta manera se asegura una calidad y esperanza de vida para los pacientes. La especialista mencionó que el promedio de edad de los seropositivos afiliados al IMSS es de 42 años, pero sobre quienes se tiene un seguimiento puntual son aquellos en quienes el virus ha desarrollado un alto nivel de resistencia a los medicamentos.
De este grupo también destaca que, en promedio, las personas han vivido 22 años con el VIH, lo cual da cuenta de cómo en el IMSS se ha logrado abatir la mortalidad por esta enfermedad.
La información oficial del instituto señala que de 1995 a 1997 se registraron los índices más elevados de defunciones, con una tasa de 14 por mil derechohabientes. Para 1998, el indicador bajó a 8, y para el año 2009 se ubicó en 6 por mil.
Díaz Ramos reconoció, sin embargo, la falta de certeza sobre la calidad de los servicios que reciben los pacientes en las unidades médicas, pues aunque existen las guías clínicas que señalan, por ejemplo, la realización de al menos dos exámenes de laboratorio al año para medir la carga viral y la situación del sistema de defensas del organismo, en el IMSS no existen los mecanismos para verificar que así se haga efectivamente, dijo
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