Se debe inculcar la materia desde la niñez, aseveran
Lunes 26 de julio de 2010, p. 41
Si un país no invierte en educar a sus jóvenes al más alto nivel, sobre todo en ciencia y tecnología, está condenado a la pobreza, y en esta misión lo importante no es la cantidad de dinero disponible, sino la forma en que debe utilizarse.
Así se expresaron en entrevista con La Jornada el físico español José María Martín Senovilla y el ruso Slava G. Turyshev, dos de los más destacados especialistas del mundo, quienes asistieron al cuarto encuentro en México de Matemáticas y Física Experimental, realizado la semana pasada en El Colegio Nacional.
El caso español es particularmente interesante para México. Con la ciencia y la educación congeladas
casi por completo durante la dictadura de Francisco Franco, el retorno de la democracia significó para ese país un impulso que la hizo despegar hacia los primeros planos.
Después de la muerte de Franco, España sufrió un cambio radical
en su estructura política y administrativa, y además tuvo la suerte de recibir durante muchos años los fondos que la Unión Europea dedica a algunos de los países menos avanzados
, explicó Senovilla, catedrático de física teórica en la Universidad del País Vasco.
Esos recursos fueron utilizados por el gobierno local para alimentar a su sector científico, en especial a investigadores jóvenes, quienes salieron a educarse a los centros de mayor prestigio en el mundo.
Con una administración adecuada, España logró formar varias generaciones de científicos de alto nivel, las cuales volvieron para incorporarse al mercado de trabajo local.
Un país que no invierte en su potencial intelectual va hacia abajo. Si sólo compras tecnología en vez de crearla, te vuelves sólo un país turístico o de servicios
, alertó el académico.
El físico ruso Slava G. Turyshev, por su parte, coincidió en que la única forma de generar crecimiento económico y estabilidad es invertir en la ciencia y en los jóvenes.
En México hay mucha gente muy talentosa, lo único que hace falta es alguien con sabiduría y liderazgo para impulsar estas actividades, empezando desde los niveles básicos de educación, hasta las universidades y las empresas
, dijo el investigador de la Agencia Espacial Estadunidense (NASA).
Sobre el escaso número de estudiantes mexicanos que se interesan por las ciencias, señaló que el problema es la falta de información sobre la importancia de esta actividad.
Invertir en niños y jóvenes implica más esfuerzo, pero también da mejores resultados. No creo que los estudiantes del país no tengan interés, es sólo que piensan que en la ciencia no hay futuro, por lo que se requiere darles una adecuada orientación y consejos
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