Martes 13 de julio de 2010, p. 12
A 79 días de haber iniciado la huelga de hambre en el campamento del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), el ingeniero Cayetano Cabrera Esteva ayer tuvo que ser infiltrado de emergencia con soluciones de suero, además de administrarle oxígeno, para poder enfrentar una crisis de salud.
El trabajador experimenta los estragos por la falta de alimentos, reveló el parte médico. No obstante, mantuvo su decisión de seguir en esta huelga. Sólo estoy dispuesto a levantarme cuando me devuelvan el trabajo que me arrebataron, cuando se haga valer la figura de patrón sustituto
por parte de la Comisión Federal de Electricidad, aseguró.
Al respecto, ayer el obispo de la Diócesis de Saltillo, Raúl Vera; el sacerdote y director del Centro de Reflexión y Acción Laboral, Carlos Rodríguez Rivera, y organizaciones como el Frente del Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco y la Familia Pasta de Conchos entregaron una carta a los huelguistas, en la que reconocen su lucha por el derecho a un empleo, y les pidieron no arriesgar de manera irreversible su salud y suspender, por lo pronto, su participación en el campamento, para no llegar a una situación peligrosa
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