Leonardo Bastida Aguilar
El 37 por ciento de las personas entrevistadas para la Encuesta Internacional sobre el Tratamiento del Sida en pro de la Vida (Atlis por sus siglas en inglés) se supieron portadores del VIH cinco años después de haber adquirido el virus, y un porcentaje similar se reportó para personas que se enteraron una década después, señaló Javier Báez-Villaseñor, colaborador del grupo de estudio de la encuesta.
El experto en biología celular indicó que de acuerdo con la encuesta presentada durante la XVIII Conferencia Internacional de Sida celebrada en Viena, sólo 25 por ciento de los pacientes acudió a realizarse la prueba después de haber prácticas sexuales de alto riesgo, por lo que consideró necesario fomentar que la gente acuda a realizarse pruebas de detección de VIH después de tener relaciones sexuales riesgosas.
Esta encuesta realizada por segunda ocasión en 12 países de los cinco continentes, arrojó que una de las principales co-morbilidades de los pacientes con VIH son las enfermedades cardiacas, ya que uno de cada cinco reveló padecer colesterol alto, presión alta o baja, y 46 por ciento manifestó padecer o haber padecido depresión.
El documento elaborado por la Asociación Internacional de Médicos en Cuidado del Sida refirió que en el rubro de co-infecciones, 58 por ciento indicó tener males gastrointestinales, 52 por ciento fatiga, 51 por ciento trastornos de sueño, 46 por ciento depresión, 44 por ciento transformaciones en el cuerpo y 26 por ciento tres o más co-morbilidades, incluidas hepatitis B o C o Tuberculosis.
Sobre el apego al tratamiento antirretroviral, el país donde se presenta el menor número de adherencia por parte de los pacientes es Francia con sólo 34 por ciento mientras que el más alto promedio se obtuvo en Brasil con más de 80 por ciento.
En este campo, 89 por ciento de los encuestados comentó que al menos una vez se les ha olvidado tomarse sus medicamentos. El 75 por ciento consideró benéfico adherirse a una terapia antirretroviral y 36 por ciento dijo estar a disgusto con los cambios corporales producidos por los fármacos.
En torno a los cambios de medicamentos, 61 por ciento reconoció haber cambiado una vez de terapia, de los cuales 66 por ciento indicó que haber sentido efectos adversos fue la razón para este cambio.
A su vez, el estudio indicó que 33 por ciento de las personas VIH positivas se sienten discriminadas cuando la gente considera que se debe evitar tener contacto con ellas. El 29 por ciento refirió sentirse prejuiciado cuando se comenta que quienes viven con VIH buscaron el padecimiento, y 24 por ciento dijo disgustarse cuando la gente piensa que tienen una corta vida.
Sobre su relación con el médico, la encuesta mostró que 53 por ciento de los pacientes desea ser tomado en cuenta por su doctor al momento de recetar un tratamiento, 46 por ciento consideró necesitar más tiempo de consulta y 28 por ciento aseguró no entender las indicaciones del médico.
Al respecto, Báez-Villaseñor mencionó que para lograr una mayor adherencia al tratamiento el paciente es necesario que el médico busque las dosis más simples, le explique al paciente los efectos de los medicamentos y las posibles consecuencias e involucre en la terapia a familiares y personas cercanas.
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