Paradójico, que con ese tipo de líquido se logren mejores cosechas, dice investigadora del IMTA
Su uso ha provocado contaminación y esterilidad de más de cien mil hectáreas, asegura experto de la Universidad de Quebec
Ante daños a la salud, ya se construye una planta de tratamiento
Sábado 12 de marzo de 2011, p. 32
Pachuca, Hgo., 11 de marzo. El valle del Mezquital es una tierra de contrastes, pues a pesar de su aridez, 61 por ciento de su población, aproximadamente 420 mil habitantes, viven de la agricultura y han hecho de esta región, mediante el uso de aguas residuales no tratadas, el granero de Hidalgo.
Sesenta por ciento de las 46 mil 480 unidades agrícolas con superficie de riego en el estado usan aguas negras en los cultivos; 39 por ciento aguas blancas (de pozos y lluvias) y sólo .38 por ciento aguas residuales tratadas, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En 14 de los 25 municipios del valle del Mezquital, la totalidad de los sembradíos son irrigados con aguas crudas o negras, a pesar de lo cual en esa región se han alcanzado altos niveles de rendimiento.
Las demarcaciones en esa situación son Actopan, Ajacuba, Alfajayucan, Atitalaquia, Atotonilco de Tula, Francisco I. Madero, Chilcuautla, Mixquihuala, San Salvador, Tasquillo, Tetepango, Tezontepec, Tlahuelilpan y Tlaxcoapan.
Xóchitl Cisneros Estrada, investigadora del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), considera paradigmático que en el valle del Mezquital se logren mejores resultados agronómicos con aguas residuales crudas que con aguas blancas o tratadas, aunque señala que el reverso de la moneda es la mala calidad sanitaria de los productos que se cosechan, lo que pone en riesgo la salud de los consumidores.
La autora del trabajo Aguas residuales para riego agrícola en México: el caso del distrito de riego 03 de Tula, encontró en sus investigaciones que cultivos de rábano, lechuga y acelga de invernadero, que son irrigados con agua residual cruda, tuvieron mejores rendimientos que aquellos en los que se utilizaron aguas blancas y tratadas.
Lo anterior se debe a que las aguas negras contienen entre otros nutrientes nitrógeno y fósforo, aunque su calidad sanitaria sea mala y no cumpla con la norma oficial mexicana 001 de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), que especifica los límites máximos permisibles de contaminantes en aguas residuales.
No es casualidad que en los indicadores del Inegi en materia de salud para Hidalgo en 2009, se registraron 115 mil 231 nuevos casos de infecciones intestinales y de amibiasis.
Sin embargo, la maestra en ciencias considera que las aguas negras no son tan negras como se les pinta
, pues mediante tratamientos específicos logran recuperar su calidad, haciéndolas aptas para la agricultura, acuacultura, recreación y recarga de acuíferos, concluye.
Sin embargo, José Luis Ortiz Santillán, doctor en Economía por la Universidad de Quebec, señala que la vegetación y fauna original de más de cien mil hectáreas han sido totalmente destruidas a causa del uso de aguas residuales no tratadas.
Destaca la dependencia que el valle del Mezquital tiene de esas aguas provenientes del valle de México a través del río Tula, ya que su precipitación pluvial (385 milímetros) equivale apenas a 44 por ciento de la media estatal (866 milímetros).
El investigador advierte que la utilización de aguas negras y la consecuente contaminación y esterilidad de las tierras son, entre otros, algunos obstáculos que obstruyen el crecimiento de la economía del estado.
Un estudio del ingeniero Humberto Romero Álvarez, avalado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización Mundial de la Salud, evidencia los daños que ocasionan las aguas negras a la salud de las familias de los jornaleros que laboran en los cultivos del valle.
Los resultados de laboratorio mostraron que debido a la presencia de residuos fecales en el agua hay alta incidencia de infecciones por el gusano ascaris lumbricoides (que produce enfermedades diarreicas) en los menores de entre cinco y 14 años de edad que trabajan con agua residual cruda.
Pese a lo anterior, en esta región se produce, además de maíz, frijol y trigo, hortalizas como jitomate, cebolla, col, cilantro, rábano y betabel, además de la cuarta parte de la alfalfa y todo el chile verde que se comercializa en el país.
Dada la importancia que tienen las aguas negras para la economía de la región pero debido al impacto negativo en la salud de la población, la Semarnat construye la planta de tratamiento Atotonilco, la cual se anuncia como una de las más grandes del mundo, con capacidad para sanear 23 metros cúbicos de aguas negras por segundo en temporada de estiaje
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