Guillermo Montalvo Fuentes
"Las Aparicio", mostró abiertamente la homosexualidad femenina
La mujer es siempre buena, virginal, de un solo hombre, cuyo máximo fin en la vida es ser rescatada por un príncipe azul, guapo y de buena posición económica para casarse con él; por eso no importa si la mujer es pobre, desconoce quiénes son sus padres o carece de una profesión, después de todo, una vez que encuentre a ese buen hombre, lo único que debe hacer es luchar contra viento y marea para conservarlo, pues será él quien se encargue de resolverle la vida a partir de que en la pantalla se lea la palabra mágica: fin.
Estas, y más, son algunas de las características que dictan, todavía, lo que debe ser una mujer de acuerdo con las telenovelas mexicanas, una forma sutil de ejercer violencia de género a través de los medios de comunicación, explicó María Eugenia Tamés, para quien el esquema “horrible y caduco” del melodrama “invisibiliza” lo que realmente es una mujer.
“Yo no estoy en contra de las telenovelas, pero sí de la imagen de la mujer que construyen”, explicó la experta en el tema de equidad de género.
Aunque existen intentos en la televisión comercial de romper con esta situación, generalmente se tiende a caer en los estereotipos de siempre, sin embargo, Tamés Mejía aseguró que un caso “excepcional” han sido las propuestas hechas por la dupla Argos/CadenaTres, con teleseries como “Las Aparicio”, la cual calificó como una “buena alternativa”
Con respecto al tema de la homosexualidad femenina, una de las líneas argumentales abordada por esa producción, la experta señaló que tratar el tema en contenidos televisivos es algo poco frecuente, pues no se le da el mismo espacio que a la homosexualidad masculina, lo cual se puede entender como una “doble discriminación” para la mujer.
Para Tamés Mejía, la vieja la fórmula del melodrama sólo busca contribuir a los intereses comerciales de las televisoras, a las que les conviene conservar el status quo, en términos de ganancias, de rating.
Al respecto, recordó su experiencia como productora del programa Diálogos en Confianza, transmitido por Canal 11, y del cual fue despedida pues no aprobaron la perspectiva de género que intentó darle a la emisión.
“Cambiar estereotipos en medios de comunicación requiere de mucha fuerza porque es transgredir el inconsciente colectivo. Poner a un hombre con un delantal en la cocina, y además, que diga que lo disfruta, es algo que resulta muy violento para el concepto que tiene la gente de lo que es ser un hombre”.
María Eugenia Tamés fue una de las 120 ponentes que participaron en el Encuentro Nacional por la Diversidad y la Calidad en los Medios de Comunicación, y quien espera que este tipo de actividades rompa con las barreras que le impiden, “incluso a gente con nivel intelectual”, entender la necesidad de visibilizar la imagen de la mujer, no como ama de casa, no como un ser que sirve a otros, sino como un ser humano.
Como parte de su trabajo destaca también la realización en 2007 del documental Homofobia y VIH. Padres y madres hablan, el cual recoge los testimonios precisamente de padres de familia con hijos homosexuales.
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