Nueva York, 23 de mayo. Como tantos otros fumadores desprevenidos, David Harris da una pitada tranquilo a su cigarrillo sentado en un banco de Madison Square, sin saber que lo que está haciendo es ahora ilegal en Nueva York y puede costarle 50 dólares de multa.
Según una nueva legislación impulsada por el alcalde Michael Bloomberg, que entró en vigencia este lunes, mil 700 parques y plazas y 22.5 kilómetros de playas de Nueva York son zonas libres de cigarrillos.
Para advertir a los fumadores se han colocado carteles en la entradas de esos lugares públicos, aunque muchos, como David, no los vieron.
No lo sabía. Vi un montón de gente fumando. Es ridículo
, afirma este arquitecto de 40 años.
Uno no puede fumar en un espacio cerrado, algo que tiene sentido. Pero no fumar en un lugar abierto no tiene sentido
, protesta, antes de apagar su cigarrillo de un pisotón.
En Nueva York está prohibido fumar en bares y restaurantes desde 2003. Antes ya no era posible fumar en los lugares de trabajo.
Si algunos fumadores se rebelan, otros, como Chen Michel, un empleado inmobiliario de 29 años, toman la decisión con más calma.
Está bien. Es Nueva York. Voy a respetarlo, voy a tratar de acordarme de que no está permitido
, dice este joven, quien no considera que haya una persecución contra los fumadores y evita la tentación de prender un cigarrillo mientras se toma una pausa de trabajo en el parque.
Para sensibilizar a la opinión pública, el Departamento de Salud e Higiene Mental anunció esta semana el lanzamiento de una campaña educativa en los medios.
Al frente de esta campaña antitabaco está el alcalde Bloomberg, quien aseguró que a partir de este lunes “los espacios públicos serán no sólo más agradables, sino también más sanos, limpios y bellos.
Todo sabemos que fumar es mortal, pero los fumadores pasivos plantean un grave reto para la salud pública. Bajar el porcentaje de exposición de los neoyorquinos como fumadores pasivos es un paso importante para volver más sana a nuestra ciudad
, agregó.
De su lado, el comisionado del Departamento de Salud de Nueva York, Thomas Farley, afirmó que los parques libres de cigarrillo protegen a todos aquellos que los visitan de los riesgos del fumador pasivo
y permite que los chicos pueden jugar sin recibir una lección de cómo fumar
.
El cigarrillo es causante de un tercio de las muertes evitables en la gran manzana. La tasa de fumadores en la ciudad bajó 27 por ciento entre 2002 y 2009 y el número de decesos vinculados con el cigarrillo cayó 17 por ciento en la pasada década.
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