Advierten organizaciones civiles que la exclusión social provocará un clima de explosividad
Domingo 12 de junio de 2011, p. 10
De diciembre de 2006 al mismo mes de 2010 –primeros cuatro años del gobierno de Felipe Calderón–, de 30 mil 913 personas ejecutadas por integrantes del crimen organizado, 26.7 por ciento tenía entre 16 y 30 años de edad, lo cual demuestra la falta de oportunidades de inserción social para ese sector de la población, lo cual lo lleva a incursionar en actividades ilícitas, afirmaron integrantes de organizaciones independientes.
Al respecto se debe señalar que estadísticas gubernamentales reflejan el incremento de la participación de los jóvenes en el crimen organizado. Los registros indican una tendencia al alza de las personas de entre 15 y 30 años que han sido ultimadas, principalmente de enero de 2008 a diciembre de 2010.
De acuerdo con estadísticas de la Presidencia de la República, en diciembre de 2006 se cometieron 55 asesinatos; en 2007, 2 mil 595; en 2008, 6 mil 183; en 2009, 8 mil 906, y en 2010, 13 mil 174. En total, 30 mil 913.
Respecto de los casos de jóvenes de entre 15 y 30 años que fueron ejecutados en Chihuahua en 2008, se reportó que esas muertes representaron 2.1 por ciento del total nacional; en 2009 el porcentaje creció a 3.6 en ese rango de edad y en 2010 la cifra representó 5.1 de casos documentados en el país.
Por lo que respecta a Durango, otra de las entidades con mayor número de asesinatos cometidos por integrantes del crimen organizado, en 2008 se documentó un promedio de 0.1 por ciento de asesinatos de jóvenes de 15 a 30 años, en 2009 aumentó a 0.4 y en 2010 creció a 0.8.
Otro ejemplo del incremento de la participación de jóvenes de entre 15 y 30 años en grupos criminales es Guerrero, donde en 2008 el porcentaje de asesinatos de personas en dicho rango de edad representó 0.2 por ciento del total nacional, en 2009 subió a 0.7 y en 2010 alcanzó 0.8.
En el caso de Michoacán, en 2008, 0.1 por ciento de asesinatos presuntamente por integrantes de bandas delincuenciales ocurrieron en esa entidad. En 2009 aumentó la tendencia a 0.4 respecto del total nacional y el número se mantuvo en 2010.
A propósito, activistas de organizaciones civiles advirtieron que la exclusión de los menores puede causar un clima de explosividad social y resentimiento, que después será muy difícil controlar.
Josefina Rodríguez, coordinadora de la asociación Niñez Siglo XXI, calificó de lamentable
que la mayoría de los niños y jóvenes del país no tenga más expectativas que ingresar a las filas del crimen organizado. Por ello se han vuelto una de las principales víctimas de la guerra contra el narcotráfico, apuntó.
Lo que puede pasar es que tengamos generaciones perdidas y resentidas que va a ser muy difícil rescatar. México va a ser un país de viejos y no tendremos una generación de relevo que trabaje para sostener a la anterior
, lamentó.
Por su parte, Gabriel Rojas, director de Ednica, colectivo de apoyo a niños, niñas y adolescentes en situación de calle, indicó que los jóvenes pobres del país enfrentan una estigmatización creciente, debido a la política de criminalizar la pobreza y el trabajo callejero.
Últimamente hemos escuchado que se refuerza aún más la asociación entre pobreza y criminalidad, y en este escenario no debemos perder de vista los derechos humanos. La sociedad civil debe recordar que esta población excluida tiene derechos y hay que favorecer que los hagan valer, aseveró
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