No hay justicia, con todos los involucrados en libertad
, aseguran deudos
El encuentro hace evocar testimonios
Lunes 20 de junio de 2011, p. 38
Mi amiga perdió la vida a mi lado; traté de ayudarla y ya no pude hacer nada. Vi que tenía la boca morada. Hoy ya no puedo estar en un lugar cerrado porque me acuerdo de lo que pasó
, explica Raymundo, quien hace tres años, cuando tenía 17, se encontraba dentro de la discoteca News Divine, donde también murió su hermano Daniel, de 15 años, tras un fallido operativo de verificación administrativa, con apoyo policiaco, que derivó en la muerte de 12 personas.
Una patrulla pasa frente a los nueve féretros de cartón colocados afuera de lo que fue el antro por las madres de los jóvenes muertos, quienes crearon la asociación Voces de justicia y no + impunidad”. Se escucha el grito de la madre de Daniel: ¿A qué vinieron? ¿A ver el resultado de sus tonterías?
Si en algo coinciden las mujeres y familiares que recuerdan a sus hijos con un ayuno y un novenario durante la noche del domingo es que no hay justicia con todos los funcionarios involucrados en libertad
.
Los casi 200 elementos de la policía bancaria e industrial que rodeaban ayer la discoteca News Divine hicieron recordar el pasado 20 de junio de 2008, cuando cientos de policías sitiaron el antro ubicado sobre Eduardo Molina, en la colonia Nueva Atzacoalco, de la delegación Gustavo A. Madero. Las imágenes muestran uniformados deteniendo la puerta por donde los cientos de asistentes trataban de salir.
Los encerraron como ratas
, dice Patricia Domínguez, madre de Daniel y Raymundo, quien cuenta su historia mientras familiares esparcen pétalos de crisantemos y encienden veladoras junto a los retratos de sus hijos muertos.
“Un muchacho le prestó auxilio porque las autoridades no hacían nada. Dijo que mi hijo parpadeaba, se hincó para darle oxígeno, pero los policías lo patearon y no tuvo de otra más que cargarlo y llevarlo al Hospital de La Villa en una camioneta de sus amigos. De ahí me avisaron que estaba muerto.
La declaración de una jovencita dio cuenta de que Daniel salió vivo de la discoteca; por eso el caso de mi hijo se calificó de homicidio por abuso policiaco, y hasta me ofrecieron protección. Me entró mucho miedo, tenía siete meses de embarazo y no sólo había perdido a mi hijo, sino que nosotros estábamos en riesgo. Me hicieron parir literalmente a la mitad
, relata.
Sin embargo, cuenta la mujer, desestimaron las declaraciones de la testigo porque, según la investigación, no había visto bien.
Raymundo, quien sobrevivió al tumulto de jóvenes y policías, contó que cuando los asistentes a la tardeada empezaron a salir, ya los estaba esperando la policía. “Nos decían: ‘formaditos, que van detenidos’. Eso causó pánico. Hubo golpes y empujones.
“A mí me sacaron cargando y me aventaron como costal a la calle. Como pude reaccioné y pregunté por mi hermano. Isis, mi amiga, perdió la vida a mi lado. La jalaba para que reaccionara, pero no, no pude rescatarla. A mí también me agredieron adentro y fuera: ‘si no se calman les va a llevar la chingada’. Hubo chavos a los que ya tirados los robaba la policía. Yo llegué con la oreja toda ensangrentada al hospital”, relata Raymundo, quien abraza a su mamá.
Hoy mi cuarto está vacío, ya no dormimos juntos. Ya nada es igual, finaliza
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