Lunes 15 de agosto de 2011, p. 41
Dos días después de realizada la Jornada Internacional de la Juventud, el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) consideraron indispensable erradicar la discriminación contra este sector y expresaron que casi 19 millones de jóvenes entre 12 y 29 años sólo cuentan con estudios de secundaria, comerciales o menos
, 41.8 por ciento dejaron de estudiar para trabajar y 66.6 por ciento están desempleados.
Excluir a la juventud del goce de derechos y oportunidades es un riesgo para todo el país, manifestaron en un comunicado conjunto. Un país en el cual 36 por ciento de la población considera que los jóvenes que no estudian ni trabajan es porque no quieren hacerlo, o en el que una de cada tres personas cree que en México se llama a la policía cuando ven muchos jóvenes juntos en una esquina, es un país que muestra su prejuicio contra la juventud y que, al excluirla, renuncia a su presente y a su futuro.
La población joven, añadieron, requiere oportunidades para acceder a la educación, a la salud, al empleo y a otros derechos fundamentales.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2010, 52.4 por ciento de los jóvenes entre 12 y 29 años –que ascienden a 36.2 millones– sólo tienen estudios de secundaria, comerciales o menos. Mientras, la Encuesta nacional sobre discriminación en México (Enadis) 2010 apuntó que 41.8 por ciento de los jóvenes dejaron de estudiar porque tenían que trabajar, y 66.6 por ciento no tienen empleo porque no los aceptan o no hay vacantes disponibles.
Sin embargo, añadieron, vivimos una oportunidad poblacional en México
, en la cual una tercera parte de la población, que representa 36.2 millones, tiene entre 12 y 29 años. Dicha situación no se repite con frecuencia y no debe ser desaprovechada
.
Consideraron que la integración social debe partir del reconocimiento irrestricto de todos como personas, sin importar edad, características físicas, formas de vestir o de pensar. De lo contrario, la igualdad y la inclusión están condenadas al fracaso, con consecuencias que son negativas y que afectan a todo el país.
Por último, indicaron que es urgenteseguir ampliandolos espacios de participación social, política, económica y cultural para garantizar una debida calidad de vida para la juventud mexicana, que derive en una sociedad más justa e incluyente
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