Guillermo Montalvo Fuentes Mario Rivas, uno de los fundadores de Colectivo Sol México DF, agosto 30 de 2011. El Hemiciclo a Juárez, en la Alameda Central, es uno de los lugares más especiales para el activista Polo Gómez, pues este fue el punto de llegada de las primeras marchas del orgullo gay que se hicieron en la ciudad, sitio donde además Colectivo Sol acostumbraba montar ofrendas de muertos para las personas fallecidas por el VIH/sida. Amigo de Juan Jacobo Hernández y Mario Rivas desde tiempo atrás, en 1985 Polo se incorporó a Colectivo Sol, haciendo al principio “cosas mínimas”, que iban desde contestar el correo hasta monitorear los periódicos en busca de información relacionada con la diversidad sexual. Paulatinamente se fue involucrando más en el trabajo de la organización, hasta que comenzó a dedicarse a ella de tiempo completo. Polo admite que sus más grandes logros como activista dentro del colectivo se dieron gracias al surgimiento, en 1997, del Condomóvil y sus Condoneras, proyecto que consiste, todavía, en hacer prevención del VIH/sida, a través de la repartición de condones en espacios públicos. Sin embargo, luego de 15 años de trabajo, Gómez decidió decirle adiós a la organización, algo que dijo, no fue fácil pero ya era necesario. “En ese momento necesitaba hacer cosas nuevas, impulsadas por mí, ya no por un equipo de trabajo. Polo activista había crecido, gracias a todo lo que pude absorber de Colectivo Sol, y para mí era importante realizarme, hacer otras cosas”. Al respecto, Juan Jacobo Hernández, coincidió en que se trató de una situación difícil, pero subrayó que fue una salida hablada y en los mejores términos, “tanto que se tomó la decisión de que Condomóvil saliera también de Colectivo Sol, para que Polo Gómez, quien había aportado mucho al proyecto, se hiciera cargo de él”. Fue así que Condomóvil se estructura como asociación civil a partir del año 2000, pero se constituye jurídicamente como tal el 24 de febrero de este año, quedando Polo al frente de la misma. Aunque se trata de una organización con características particulares, “creo que siempre se nos seguirá viendo como parte de Colectivo Sol”, aseguró Gómez, quien se dijo contento de que, a pesar de la separación, el vínculo con Juan Jacobo no se rompió. “Está al pendiente de nosotros, incluso nos apoya con donaciones. Nuestra primera computadora nos la dio Colectivo Sol, por ejemplo. Muchos dicen que me ven como el hijo de Juan Jacobo; sin embargo, para mí es más que eso. Soy y me he formado gracias a él y a Colectivo Sol”, concluyó el activista. Retos de las organizaciones civiles Tras muchos años de incidir directamente por el reconocimiento social y jurídico de la diversidad sexual, además de contribuir en la respuesta al VIH/sida en el país, actualmente Colectivo Sol desarrolla otras líneas de acción, como el fortalecimiento de organizaciones civiles que también trabajan con estos temas, las cuales, asegura Juan Jacobo Hernández, se enfrentan a muchos retos, entre ellos, la falta de financiamiento. “Es un tema complicado, porque ahí está en juego la sostenibilidad de la respuesta a la epidemia. Vemos que la mayoría de las organizaciones se debate con restricciones presupuestarias impresionantes”. De acuerdo con el activista, uno de los orígenes de este problema se encuentra en la falla estructural que tienen los organismos encargados de otorgar recursos, como el Instituto Nacional de Desarrollo Social, el Instituto Nacional de las Mujeres, el Instituto Mexicano de la Juventud o el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida, quienes, dijo, lanzan convocatorias para proyectos “pulguita”.
“En estas convocatorias abres en enero, te dan el dinero en junio y cierras en noviembre, ¿qué carajos haces de junio a noviembre? Y al año siguiente, para ver si le das continuación a tu trabajo te dicen que no, porque tienes que presentar algo nuevo. Es dinero a la basura, no hay una continuidad que te permita crear estrategias, las cuales, para que se consoliden, van de tres a cinco años. Se trata de una falla estructural que si no se corrige ninguna de las buenas ideas de las organizaciones, que si las hay, van a funcionar”. Pero Hernández mencionó que no sólo la ausencia de dinero obstaculiza responder al VIH en México, pues para él, existe un abandono por parte del gobierno y de las mismas organizaciones, que impide la creación de campañas eficaces, las cuales, deben ir más allá de “cartelitos que digan coge bonito”. “Te ponen a un muchachito con abdomen de lavadero, jovencito, guapo y buenotote. Nosotros no somos así, somos flojitos, gorditos, y feitos. La gente no se identifica con esos muchachos porque no es con ellos con quien coge. En las organizaciones estamos ciegos adrede, hacemos cosas bonitas, pero no sabemos comunicar, lo cual hace que nuestros esfuerzos sean ociosos y se vayan al caño”. Por otro lado, Juan Jacobo señaló que la percepción que muchos jóvenes tienen de los antirretrovirales como vacuna y el consumo de drogas son factores que conspiran contra la prevención, panorama que demanda mayor atención por parte de las organizaciones al momento de diseñar estrategias”. “Tenemos que ser autocríticos, pues no hacer algo nos convierte en cómplices de esa conspiración. Debemos ser audaces, sensibles al lenguaje que habla la gente en su cotidianeidad, sólo así dejaremos de producir basura cara, cosas poco eficaces que todo lo que hacen es darnos satisfacción personal, pues somos como misioneras de la prevención”. Dar luz y no hacer sombra El próximo año Juan Jacobo Hernández se convertirá en un hombre septuagenario, algo que le ha hecho considerar “tomarse un descanso” dentro del activismo. No está seguro de lo que le espera a Colectivo Sol en un futuro, pero está convencido de que la organización puede seguir adelante sin él. Para el dirigente no faltan liderazgos jóvenes que puedan continuar con la respuesta al VIH/sida, “lo que les falta es el encuadre, la formación de líderes, que sean más protagónicos y nosotros, los viejos, empezar a hacernos a un lado”. A pesar de las múltiples actividades que Colectivo Sol ha realizado en el transcurso de estas tres décadas, Juan Jacobo considera que sólo son una parte de la respuesta a la epidemia, quizá, dijo, una muy visible y reconocida, pero sólo una parte. “Quisiéramos que otras organizaciones pudieran tener esta visibilidad, porque hay mucho trabajo que no está siendo reconocido. No nos gustaría que 'tótems' como Colectivo Sol pudieran hacer sombra, queremos que surjan nuevos liderazgos. Una de nuestras tareas es esa, contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, a la mayor fortaleza de las organizaciones civiles”, concluyó el activista histórico Juan Jacobo Hernández. |
viernes, 2 de septiembre de 2011
Entrevista con Juan Jacobo Hernández y Polo Gómez, segunda y última parte
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