Sospechoso fin tuvo el encuentro en Coatzacoalcos: sujetos fotografiaron a los asistentes
Lunes 19 de septiembre de 2011, p. 17
Jalapa Ver., 18 de septiembre. Llega el momento en que el silencio es traición.
La cita es de una de las decenas de pancartas con que Jalapa se volcó a recibir al contingente de la Caravana al Sur, cuya seguridad fue notablemente reforzada tras los sucesos de la víspera. La violencia ha irrumpido con fuerza desde mayo pasado con su estela de secuestros, extorsiones y asesinatos, escenas sangrientas poco comunes en la capital del estado que se ha convertido en uno de los más violentos en el sur.
Danzas indígenas, rituales con incienso, la consigna acompasada que reclama: basta ya de guerra, queremos ya la paz, el legendario vivos se los llevaron, vivos los queremos confluyen en una multiplicidad de sentimientos, incluidos los rostros sobrios, angustiados de aquellos a quienes les han secuestrado o asesinado a familiares y aún no procesan el duelo.
Carlos Castro, junto con dos jóvenes, carga una de las mantas monumentales de la movilización. Su rostro es sombrío. Ni el retumbar de la batucada, que machaca el recorrido por las calles de Jalapa hasta el palacio de gobierno, le arranca una sonrisa. El 6 de enero pasado lo ha dejado como un hombre que deambula sin esperanza. Ese día, mientras trabajaba, irrumpieron en su casa y se llevaron a su esposa y sus dos hijas. Nada sabe de ellas.
Día 10 de la Caravana al Sur; el sobresalto de anoche, con la detección de un carro con hombres embozados en las inmediaciones del trayecto del poeta Javier Sicilia, presagiaba que inhibiría la participación.
Empero, quienes residen en Jalapa salieron en masa a recibir la caravana: Veracruz grita: ¡Ya basta!
La sociedad jalapeña ha recibido el embate delictivo de forma brutal: desapariciones, levantones y secuestros perpetrados por sicarios, policías que se han desatado sin control ante la pasividad gubernamental.
Apenas la víspera, en Coatzacoalcos, ciudad dominada por Los Zetas, había inhibido sensiblemente la presencia de los residentes, al punto que se había sugerido por los organizadores de la ciudad que el acto concluyera antes del anochecer. No se logró y el mitin terminó en medio de un extraño ambiente que incluyó la inusual presencia de gente fotografiando a los asistentes.
Esther Fernández, maestra, da la bienvenida con una cita de un autor turco: Nosotros no nos diferenciamos por lo que somos, sino por los muertos que lloramos
. Jalapa es hoy un manantial de lágrimas y sangre, de angustia y de dolor
por esta maldita guerra
, pero es el dolor el que nos vuelve dignos
.
Fernández sintetiza su tragedia: El 6 de junio del año pasado seis balas que produjeron 26 orificios me arrancaron a mi hija. Y hoy, el dolor es tan fuerte como el primer día. No es verdad que a las hijas las parimos completas, algo se nos queda, porque ahora los hijos mueren primero por esta maldita guerra
.
La hija de Joaquín Figueroa apenas contiene el llanto, pero se presenta en el mitin para reivindicarlo como trabajador honesto. Una tarde su padre y otras dos personas fueron bajados de la camioneta en que viajaban; fueron golpeados, torturados y asesinados con tiro de gracia. La autoridad nos dice que fue porque eran sicarios. Eso no es cierto, lo mataron y la autoridad no investiga. Cuando pedimos justicia nos desprecia porque somos pobres, nos quiere comprar para que ya nos callemos, pero no: queremos que sepan que mi padre no era un sicario. Joaquín Figueroa era un hombre honesto.
Daniel Giménez Cacho, actor, habló en nombre de la caravana para reivindicar al movimiento como defensor de la vida. Hemos recorrido el país con tantos hermanos asesinados, tantos hijos secuestrados, tantas hijas violadas; todo eso me ha indignado y me ha hecho llorar ante la pasividad del gobierno.
Agrega: Mucha gente se pregunta hacia dónde va este movimiento; su rumbo lo marcarán las víctimas y al hacernos visibles hemos logrado que esta tragedia resuene en los oídos de la autoridad
.
Tareas de inteligencia
Emilio Álvarez Icaza denunció la inusual presencia de jóvenes fotografiando a las víctimas en el mitin de la plaza de Coatzacoalcos, lo que va más allá de una cobertura noticiosa y cae en tareas de inteligencia, señaló.
Tras la aplicación del protocolo de seguridad en torno a quienes dirigen la Caravana por la Paz y la detención momentánea del cura Tomás González en Tenosique, Javier Sicilia lanzó unenérgicollamado a los gobiernos federal y de Veracruz para que garanticen la seguridad de la expedición en la entidad.
Esta caravana se va a mover a la hora que se le pegue la ganay ellos están obligados a protegerla, dijo
No hay comentarios:
Publicar un comentario