Por negarse a pagar 150 mil pesos que les exigían policías judiciales a cambio de su libertad, Óscar Barrera Reyes, Sinuhé Leonardo Peralta Gómez y Yasser Serna Flores fueron acusados de delitos que no cometieron e internados en el Reclusorio Oriente, donde durante siete meses fueron víctimas de extorsiones por parte de custodios e internos de ese penal.
Allí, relataron, además de que nos cobraban por todo
, unos reos les exigieron dinero, cadenas, esclavas o anillos de oro para no hacer daño a sus familias. No sé cómo sacaron la información, pero ya sabían dónde vivía mi suegra, qué carros teníamos mi esposa y yo
, señaló Óscar. Incluso, Sinuhé tuvo que entregar un automóvil a la esposa de uno de los presos como pago de una extorsión.
Obtuvieron su libertad, aseguraron, gracias a que las víctimas del supuesto delito que cometieron declararon ante la juez que llevó el caso que habían sido obligados por agentes policiacos a señalarlos como los responsables de haberlos privado de su libertad y asaltarlos, con la amenaza de que si no lo hacían iban a meter a la cárcel a los afectados.
Estos agentes son los ahora ex policías Tomás Javier Alarcón Flores y Víctor Hugo Soto Medina, adscritos a la fiscalía de Azcapotzalco, quienes los detuvieron en mayo de 2008, en calles de la colonia San Felipe de Jesús, delegación Gustavo A. Madero.
Nueve meses después estos ex policías fueron detenidos en el perímetro de Coyoacán, junto con tres personas más, cuando tenían a un hombre privado de su libertad, motivo por el cual actualmente están sujetos a proceso penal por secuestro y extorsión.
La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal documentó las irregularidades de este caso y en septiembre de 2009 acordó con la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) firmar un convenio de conciliación en el que la dependencia se comprometía a disculparse con los agraviados, investigar a todos los policías involucrados en el caso y reparar el daño; sin embargo, a casi dos años, sólo ha cumplido el primero de esos puntos.
En entrevista, Óscar, Sinuhé y Yasser explicaron que fueron detenidos –junto con dos personas a las que sólo acusaron de resistencia de particulares– con violencia sin que se les presentara una orden de aprehensión, cuando se encontraban en una tortillería.
Los policías los trasladaron a una agencia del Ministerio Público en Azcapotzalco, delegación a la que estaban adscritos, directamente a la oficina del comandante Gustavo García Tello, quien pidió a cada uno 150 mil pesos a cambio de dejarlos libres.
Al no aceptar la extorsión, los llevaron a la Agencia Central de Investigación de la PGJDF, imputándoles los delitos de robo a transporte y secuestro exprés, y aunque la acusación la hicieron policías que no llevaron a cabo la detención, aun así se les dictó auto de formal prisión.
A dos años, Óscar, Sinuhé y Yasser tratan de rehacer su vida con el estigma de haber estado en prisión, pero, además, endeudados porquetodo el dinero se nos fue en pagar las extorsiones y abogados, por lo que ayer acudieron a la CDHDF para que la procuraduría capitalina cubra la reparación del daño a la que se comprometió
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