Guillermo Montalvo Fuentes México DF, octubre 01 de 2011. Al buscar un chacal, lo hacemos con la esperanza de hallar la cogida de nuestra vida, pero más que al objeto sexual, vale la pena darnos la oportunidad de conocer al ser humano, tal vez, en una de esas, terminemos encontrando también el amor, afirmó el historiador y activista social Alonso Hernández, durante una conferencia que ofreció ayer como parte de la Tercera Jornada de Diversidad Sexual en la UNAM. Macho, rudo, moreno, fornido, humilde, de barrio, orgulloso de sus raíces y costumbres populares, además del rol activo que se supone juega en la relación sexual, son algunos de los adjetivos con los que se puede describir al chacal, y que de acuerdo con el ponente, se trata de un tipo de hombre muy apreciado como un “buen especimen para el sexo”. Aunque para el historiador estos hombres pueden ofrecer más que sólo placer sexual, reconoció que ver sus cualidades como personas puede ser algo difícil para muchos, sobre todo para quienes esperan encontrar en ellos algo específico: un hombre dominante. Esta percepción se debe, según Hernández, a que los chacales son considerados como “los hombres de hoy” debido a que conservan, como parte del folclor latino que los caracteriza, una actitud machista y dominante, algo que, dijo, “a los homosexuales nos gusta, pero que hemos perdido al asumir la cultura gay”. De acuerdo con el activista, el hombre gay latino ha roto con sus tradiciones al adoptar las estadounidenses, las cuales dictan que el homosexual debe manifestar gusto por la ropa, la música y los lugares de moda. “El caso del chacal es diferente, ellos no forman parte de esa cultura, no visten fashion, no acuden a guetos, lo tienen todo en su barrio y hacen cosas propias de su entorno, no necesitan ir a una manifestación de liberación homosexual porque su sexualidad la llevan en su privacidad, nosotros, los hombres gay sí, porque hemos hecho de nuestra sexualidad una bandera política. No es que esté a favor del machismo tradicional, pero al conservar esa actitud dominante el chacal ha ocupado el vacío de género que la identidad gay ha dejado”, concluyó Hernández. “Convivir con otros cabrones” Durante la conferencia “Los herederos de Anubis: el fenómeno de los chacales en México y su relación con la homosexualidad masculina”, presentada en la Facultad de Ingeniería, también se contó con la participación de Eduardo Pérez, administrador general de La madriguera, un espacio de reunión para “hombres chacales”. Conocido en este grupo como “El Gavilán”, Eduardo explicó que el concepto surgió hace ocho años, y aunque al principio la idea central de La Madriguera era el encuentro sexual, esta ha cambiado, pues ahora se han adoptado otras cuestiones, como la realización de actividades culturales o la labor activista. “Somos un grupo de hombres que nos gusta convivir con otros cabrones para hacer cosas de barrio, populares. No hay un punto de reunión específico, a veces puede ser una pulquería, una cantina, algún cine porno o las fiestas y ferias populares”. De acuerdo con Pérez, más de 800 personas de toda la República Mexicana participan en las actividades que se hacen en La Madriguera. Aunque se trata de un espacio pensado para chacales, aseguró que está abierto incluso para homosexuales o bisexuales mayores de edad. “La edad promedio oscila de los 25 hasta los 65 años, es curioso que los hombres mayores son los que más se acercan con nosotros, porque dicen no sentirse aceptados en el colectivo gay, donde tienes que ser joven, estar a la moda y ese tipo de cosas para encajar”, finalizó. |
domingo, 16 de octubre de 2011
El chacal es más que un objeto sexual, es una persona: historiador
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