Pedro López Jiménez, de 31 años, tzeltal de Colonia Sibactel, municipio de Tenejapa, Chiapas, cumple 21 días en huelga total de hambre junto con otros seis presos indígenas en la cárcel de San Cristóbal de las Casas. Exige su libertad, pues sostiene que es inocente de los cargos –por los cuales está condenado a 14 años de prisión–, y que fue torturado y obligado a declararse culpable de secuestro y violación, delitos que no cometió.
Lo detuvieron agentes judiciales del estado el 10 de mayo de 2007, en San Cristóbal de las Casas. Según refiere el mismo López Jiménez, los agentes no se identificaron ni mostraron orden de aprehensión. Tampoco dijeron porqué lo detenían. En una casa
lo asfixiaron en repetidas ocasiones con una bolsa de plástico, le sumergieron la cabeza en agua, le taparon los ojos con un trapo impregnado de picante y le aplicaron descargas eléctricas. Sus captores lo apalearon hasta que cayó desmayado.
López Jiménez ha referido que en la tortura participó un número indeterminado de policías, ya que eran muchos
. La declaración la firmó en el lugar donde lo torturaron, en papeles en blanco. Al día siguiente la policía lo presentó al Ministerio Publico (MP). Ahí, mediante la intervención de alguien perteneciente al propio MP, se ratificó la declaración que entregaron los policías. No contó con defensor ni traductor tzeltal. Lo trasladaron a otra casa, y de ahí al Centro Estatal de Reinserción Social de Sentenciados (CERSS) número 5, en San Cristóbal.
Le dictaron auto formal de prisión 9 días después, con una sentencia de 14 años, que apeló y fue confirmada. Como sucede en los demás casos de presos en la actual huelga de hambre y ayuno, el abogado de oficio que lleva su caso no lo mantiene informado del proceso judicial.
Según los colectivos de la otra campaña que siguen su caso y lo han visitado en prisión, el estado de hacinamiento en el que viven los reclusos es preocupante
. Dentro del sobrepoblado
penal, en celdas de tres por tres y medio metros duermen mínimo 10 personas
. López Jiménez es miembro de la organización Solidarios de La Voz del Amate, y ha efectuado ayunos como forma de denuncia y presión
. También ha denunciado públicamente el hacinamiento en que viven los presos y la mala calidad de los alimentos, con frecuencia descompuestos, que reciben.
Al momento de su detención se desempeñaba como vocal presidente de educación en su comunidad. Tiene cinco hijos. Su esposa, siendo una mujer campesina, debió comenzar a trabajar asalariadamente. La familia se ha sumado a las acciones en defensa de los presos y participa en el plantón en la plaza de San Cristóbal, que hoy cumple 12 días.
Con López Jiménez participan en la huelga de hambre, desde el 29 de septiembre, Rosario Díaz Méndez, preso político
de La voz del Amate; José Díaz López, Alfredo López Jiménez y Alejandro Díaz Sántiz, solidarios de La voz del Amate, y Juan Díaz López, de Voces Inocentes.
Cinco reclusos más participan con ayunos de 12 horas diarias: Alberto Patishtán Gómez, de La Voz del Amate, Andrés Núñez Hernández y Rosa López Díaz. Juan Collazo Jiménez (en Motozintla) y Enrique Gómez Hernández (en Cintalapa) se sumaron al ayuno el 3 de octubre.
Este lunes, un grupo de indígenas católicos de Huixtán intentó visitar a los ayunantes en el CERSS 5, pero les fue impedido el paso por el director, José Miguel Alarcón García, quien los emplazó a volveren 15 días. De acuerdo con Indymedia Chiapas, no es la primera visita a los huelguistas que prohíbe el director del penal
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