San Cristóbal de las Casas, Chis., 10 de octubre. Al cumplirse 11 días de la huelga de hambre de siete presos en el penal de San Cristóbal de las Casas, y seis reclusos más en ayuno de 12 horas diarias, sus familiares se sumaron a su lucha con un plantón en el atrio de la catedral y declararon hoy en conferencia de prensa: No nos levantaremos hasta no ver a nuestros familiares libres
. Éstos purgan condenas de hasta 45 y 60 años a pesar de que acreditan su inocencia
.
El plantón indefinido dio inicio el día 8, para que conjuntamente exijamos la justa e inmediata liberación de cada uno de ellos
, expresaron las muy modestas familias indígenas, de distinto origen y con historias particulares, reunidas por la experiencia de injusticia que condujo a prisión a las personas que hoy ayunan, y por las malas condiciones carcelarias que comparten.
Se han demostrado en sus procesos pruebas de descargo de culpabilidad; eso ratifica que hubo muchas irregularidades, porque a pesar de que acrediten sus inocencias están presos y sentenciados a muchos años por delitos fabricados
, declararon en un escrito conjunto.
Estamos aquí porque sabemos que nuestros familiares son inocentes, que los detuvieron arbitrariamente, los torturaron, los golpearon, los hicieron firmar hojas en blanco, los golpearon para que se confesaran culpables cuando no lo son; no les dieron acceso a un abogado o traductor, sabiendo que ellos no entendían nada porque son indígenas.
La protesta, iniciada el 29 de septiembre en el Centro de Reinserción Social de Sentenciados (Cerss) número 5 en San Cristóbal, se ha extendido al 14 de Cintalapa y el 6 de Motozintla. Los reos en protesta pertenecen a organizaciones de la otra campaña: la Voz del Amate, Voces Inocentes, Solidarios con la Voz del Amate, y la comunidad de Mitzitón.
Como familiares sufrimos al tener a nuestros presos en las cárceles, ya que somos personas de bajos recursos. Con la responsabilidad que asumimos como madres, padres o hijos al quedarnos solos, no ha sido fácil asimilar nuestra realidad, hemos sufrido sicológica, emocional y físicamente este largo proceso de injusticia que vivimos por este mal gobierno.
Aunque personeros gubernamentales hacen intentos por aproximarse en corto a los presos, o bien a sus familiares, las autoridades siguen sin resolver sus demandas, ni siquiera si se han comprometido a ello (es el caso del profesor Alberto Patishtán).
Simultáneamente, el gobierno de Chiapas publicitó ampliamente que este fin de semana entregó 50 boletas de libertad (o liberaciones anticipadas) a internos cuyos expedientes fueron revisados en la llamada mesa de reconciliación
de la autoridades.
El acto oficial, presidido el sábado por el presidente del Poder Judicial, Juan Gabriel Coutiño López, no guarda ninguna relación con los presos indígenas que exigen su libertad con la medida extrema de la huelga de hambre.
Los miembros de la Voz del Amate, Alberto Patishtán Gómez y Rosario Díaz Méndez, purgan condenas prácticamente perpetuas, de 60 y 45 años respectivamente. Acusados de asesinatos que no cometieron, estos dos hombres tzotziles comparten sus historias de cargos falsos, testigos desaparecidos, ausentes, o que se retractaron posteriormente en sus acusaciones. Su encarcelamiento justifica que los verdaderos asesinos estén impunes, y ni siquiera sean investigados.
De los solidarios con la Voz de Amate, Pedro López Jiménez y Juan Collazo Jiménez están condenados a 37 años de prisión; Alejandro Díaz Sántiz, 30; Alfredo López Jiménez y Rosa López Días, 27; Enrique Gómez Hernández, 25; Andrés Núñez Hernández y José Díaz López, 14. De los ejidatarios de Mitzitón, Juan Jiménez Pérez purga 27 años, y Manuel Heredia Jiménez, 20.
El otro preso en protesta, Juan Díaz López (expedientes 168 y 2692/20011), miembro de la organización Voces Inocentes, no tiene aún sentencia definitiva
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