Durante todo el sexenio de Felipe Calderón la matrícula, el presupuesto, las plazas y el número de escuelas para la enseñanza dirigida a los niños de los pueblos originarios no han variado
. De hecho, sostuvo la titular de la Dirección General de Educación Indígena (DGEI), Rosalinda Moreno Garza, de los 22 mil 800 planteles destinados a este sector, más de 50 por ciento no tiene las condiciones mínimas de acceso a energía eléctrica, agua, equipamiento y conectividad.
De acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), la inversión presupuestal para la atención de los niños indígenas que viven en regiones con el índice de desarrollo humano más bajo, en realidad descendió de 312 millones 199 mil 245 pesos en 2011 a 212 millones 140 mil 291 pesos en este año, es decir, más de 100 millones de pesos menos, lo que significa una caída de 32 por ciento.
En entrevista, la funcionaria aseguró que hay una omisión en términos de a quién corresponde dedicar toda su energía, fuerza y sus recursos a construir escuelas indígenas
, que son las que tienen las peores condiciones
de todo el sistema educativo.
La DGEI o las entidades, subrayó, deberían contar con un fondo exclusivo para escuelas de los pueblos indios. Si existieran dichos recursos y si hubiese la voluntad política
, muy pronto se terminaría de atender la infraestructura destinada a ellos.
Por el contrario, las poblaciones que más recursos ponen, tanto para la infraestructura como para el funcionamiento de su plantel, son precisamente las comunidades indígenas y rurales. Esto, admitió, es totalmente inequitativo
.
A lo largo de esta administración, la matrícula se ha mantenido entre un millón 200 mil y un millón 300 mil alumnos, las plazas para profesores indígenas no han crecido significativamente, dijo. Hay años, apuntó, en los que se han otorgado 300 sitios y, en otros, mil, pero esto último es en el mejor de los casos.
El número de docentes apenas llega a 58 mil profesores para atender 22 mil 800 escuelas. Lo que significa que cada centro no tiene más allá de dos educadores. Sin embargo, argumentó, lo anterior no se traduce en que los niños indígenas no acudan a otro tipo de escuelas, ya sea generales o a cursos comunitarios.
En el conjunto del sistema, encontramos niños indígenas en cualquier cantidad de escuelas. Como registro oficial llegan a ser más de 900 mil escolares en educación básica
identificados como parte de la infancia indígena, agregó.
No obstante las carencias, el programa para atender a los niños de familias jornaleras agrícolas migrantes (Pronim) aumentó su cobertura al pasar de 16 mil alumnos, en 2008, a 75 mil en 2011. Según las cifras del Consejo Nacional de Población y de la Secretaría de Desarrollo Social hay cerca de 400 mil niños migrantes, por lo que la atención que se da con este programa es de cerca de 20 por ciento.
Destacó que en la Evaluación Nacional de Logro Académico (Enlace), los niños indígenas han tenido un despunte progresivo ya que de registrarse prácticamente cero por ciento de ellos en los niveles bueno y excelente, ahora 21 por ciento ha logrado colocarse entre los mejores alumnos
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