El déficit en el fondo de salud se corregirá en 2022, cuando la mayoría de los trabajadores estén en el sistema de cuentas individuales de pensiones, ya que crecerá el seguro con las cuotas
Martes 20 de marzo de 2012, p. 36
El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) funcionó durante muchos años sin información ni planeación y con un descontrol administrativo que explican el abandono de la infraestructura clínica y hospitalaria, el desabasto de medicamentos y daños al erario, como el registrado en 2011 por mil 400 millones de pesos, sólo por el programa de vales de medicamentos, el cual se desbordó por la falta de controles.
Eso es algo de lo que encontró Sergio Hidalgo Monroy Portillo hace tres meses cuando asumió la dirección general del organismo, y ahora, ya con un diagnóstico económico-administrativo, advierte que durante años para cumplir la obligación del pago de pensiones y jubilaciones del régimen solidario –anterior a la reforma legal de 2007, por el cual se creó el sistema de cuentas individuales– se mermó el financiamiento de los servicios de salud y otras prestaciones.
En entrevista, el funcionario evita comentar sobre los conflictos políticos en torno al Issste por haber sido una posición que los gobiernos panistas cedieron a Elba Esther Gordillo, presidenta nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Incluso, afirmó: no veo fugas
, sino una falta de control administrativo.
Abogado por la Universidad Anáhuac, maestro en Finanzas por las Universidad de Columbia, Estados Unidos, y una trayectoria de más de 20 años en la administración pública y financiera, Hidalgo Monroy Portillo es el tercer director del Issste en este sexenio y tiene entre sus credenciales la de haber encabezado la liquidación de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, siendo director del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE). Antes participó en el diseño y aplicación de la reforma a la Ley del Issste.
A continuación, la conversación con Hidalgo Monroy Portillo:
–¿Dónde están los problemas en los servicios de salud?
–Los derechohabientes opinan muy bien en las encuestas de los médicos y enfermeras. El reclamo es cómo entrar al sistema, aun a las clínicas familiares que están saturadas. Las quejas son por la tardanza para obtener una cita y el tiempo de espera el día de la consulta. Lo segundo es la crisis en el abasto de medicamentos, que en algunas regiones era más grave de lo que se pensaba.
–¿Con qué nivel de abasto se encontró?
–No había información. La tenían distintas áreas, pero carecían de detalles, entonces no era confiable. Tomar decisiones así es muy complicado. Esa información ya se tiene ordenada en un tablero electrónico de control y el abasto es de 92 por ciento.
–¿Cuál era el problema?
–Varios. Había licitaciones declaradas desiertas; la industria jugaba con nosotros. No participaban en los concursos y esperaban a que subiéramos el precio o diéramos los vales para vender más caro. Esto ya se solucionó. El comité de adquisiciones autorizó que las claves en esta situación, 80 por ciento de lo que aún falta, se compre a proveedores ya contratados por el Instituto Mexicano del Seguro Social y en las mismas condiciones.
Otros problemas eran de distribución y de los fármacos en proceso de entrega. Uno más era con los medicamentos de patente. Representaban 6 por ciento del desabasto.
Aunque se compran de manera directa, sin licitación no se podía; hasta hace un mes la Comisión Negociadora de Precios de Medicamentos de la Secretaría de Salud (Ssa) no había entregado la lista de precios de referencia de 2012. Ya existe el compromiso de adelantar las negociaciones a fin de tener las nuevas tarifas a tiempo para las compras del próximo año.
Encontré, pues, un diálogo de sordos. Ahora, el sistema electrónico de información cubre toda la red, desde la compra hasta la entrega a los pacientes.
El sistema electrónico de información cubre toda la red, desde la compra hasta la entrega a los pacientesFoto Guillermo Sologuren
–¿Cuál es el presupuesto para medicinas y cuánto erogó el Issste por los vales el año pasado?
–Para este año son 9 mil millones de pesos. En 2011 se ejercieron 12 mil millones por el desabasto y el sobrecosto de los vales, que fue de mil 400 millones de pesos. No es posible mantener finanzas sanas comprando al mercado minorista. Cuando se lanza un programa necesita controles para que no se desborde, como pasó aquí.
Otro elemento del desabasto ha sido la deficiente planeación de los delegados estatales. Posiblemente algunos no hicieron bien ese ejercicio. Ya les pedí que lo revisen y detecten las fallas, para que la próxima sea más atinada.
–¿Cómo va el expediente clínico electrónico?
–Es la otra punta del control que se requiere. Con el expediente electrónico tendremos la información real del consumo de medicinas. Ya opera en Hidalgo. Se garantiza que los médicos recetan sólo lo que está disponible.
La plataforma estará instalada en 650 clínicas para diciembre, quedarán pendientes 200 más; al mismo tiempo se conectará con el sistema de administración hospitalaria que ya funciona en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre.
Con el expediente, los médicos no darán las consultas a la hora que quieran. El sistema determina los horarios y registra a qué hora se atiende a cada paciente.
–¿Cómo está la situación financiera del Issste?
–Muy adecuada. Por la nueva ley tenemos reservas por 53 mil millones de pesos para garantizar las prestaciones y los servicios, aunque en salud hay déficit. La ventaja es que el pago de las pensiones del viejo régimen lo atiende Hacienda; no es algo que se pague con las contribuciones de los trabajadores.
El déficit en el fondo de salud se va a corregir en 2022, cuando la mayoría de los trabajadores estén en el sistema de cuentas individuales de pensiones. Entonces crecerá el seguro con las cuotas, las que además, de acuerdo con la ley, se actualizarán de manera periódica para cubrir el costo del servicio de salud.
–¿En qué consiste la propuesta de separar presupuesto de pensiones del de la atención médica?
–Había un área que manejaba todo el dinero, mil 600 millones de pesos en 2011 para salud y el pago de pensiones, pero éste se presupuesta por debajo de las necesidades y aunque se revisa periódicamente con Hacienda siempre hay la tentación de que lo que no se gaste en el presupuesto para salud se use para las pensiones.
–¿Así ocurre?
–Así ocurría. Encontré esto y muchos proyectos ya validados, pero sin presupuesto por esta razón. Esto ya no sucedería. La bolsa de pensiones no debe contaminar los recursos destinados a prestaciones de los trabajadores.
–¿Por eso el abandono de la infraestructura?
–No. El déficit en el fondo de salud se va a corregir en el año 2022, cuando la mayoría de los trabajadores estén en el sistema de cuentas individuales de pensiones. Entonces crecerá el seguro con las cuotas, las que, de acuerdo con la ley, se actualizarán de manera periódica para cubrir el costo del servicio de salud.
Con base en los recursos ejercidos hasta ahora, se requieren al menos 25 mil millones anuales, garantizados sólo para la atención médica, que incluye la reposición de infraestructura.
–Las cuestiones políticas contaminaron al Issste y existe la duda razonable de que ha habido fugas cuantiosas…
–No me encuentro esas fugas. Sí algunos problemas de contratos, como el de los vales que generó un sobrecosto y distorsionó el mercado. Son fallas de control administrativo
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