Viernes 16 de marzo de 2012, p. 14
En siete años, las madres centroamericanas que han viajado a México en caravana para buscar a sus hijos desaparecidos han encontrado a dos persona, ya han podido contactar por teléfono a cinco más, haciendo un trabajo que correspondía a las autoridades, pero sobre todo han logrado colocar en la agenda nacional el tema de los peligros que corren los migrantes indocumentados.
Así lo afirmó Martha Sánchez, coordinadora del Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), quien puso de relieve que a pesar de las dificultades y la insensibilidad del gobierno, la presión de los trabajadores internacionales sin documentos ha incidido en la promulgación de leyes en la materia, lo cual representa un avance importante aun cuando éstas tienen todavía muchos aspectos por mejorarse.
Hemos conseguido que dos madres encontraran a sus hijos frente a frente, y otras cinco ya se han comunicado por teléfono con ellos y están en trámites para poderlos ver. Pero lo más importante ha sido fijar el tema en la agenda nacional, porque hace unos años nadie nos hacía caso
, señaló la activista, quien en charla con La Jornada comentó algunos de los resultados del informe Sigo tus huellas con la esperanza de encontrarte.
El enfoque público sobre el tema empezó a cambiar, consideró Sánchez, por la labor de los colectivos de defensa de los indocumentados, y por actos, como el hallazgo de los 73 migrantes asesinados en San Fernando, Tamaulipas, en agosto de 2010, pero el hecho es que ahora nadie puede negar que se trata de un fenómeno de grandes proporciones al que es necesario atender.
A pesar de la gravedad del asunto, el gobierno de México sigue sin tener una base de datos de los migrantes que se encuentran en morgues, hospitales, cárceles, orfanatos o asilos, y sólo en casos excepcionales su colaboración ha permitido encontrar a algunas personas, como en el caso del director del penal de Tapachula, que se tomó la molestia
de buscar un apellido en los registros oficiales del estado, y lo encontró.
Otro logro del movimiento, estimó Sánchez, ha sido generar un sentimiento de solidaridad latinoamericana, al margen de las nacionalidades. Ahora ya hay mexicanas al lado de las centroamericanas, también buscando a sus hijos. Empieza a permear la idea de que México tiene dos caras: la de la sociedad civil, y la de la violencia y la criminalidad
.
En este momento, el MMM prepara sus argumentos para reformar el reglamento de la nueva Ley de Migración; sigue atento a las agresiones contra migrantes –sobre todo en el estado de Tabasco–, y sigue las pistas de diez casos en donde es factible encontrar a indocumentados desaparecidos
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