Jueves 5 de abril de 2012, p. 13
La falta de oportunidades educativas y laborales, así como ciertas prácticas culturales, llevan a niños del sur de Tlaxcala a adoptar como proyecto de vida la trata de personas y muchos lo logran cuando llegan a la secundaria, según el Diagnóstico sobre la construcción y reproducción de la masculinidad en relación con la trata de mujeres y niñas en Tlaxcala, realizado por la asociación civil Género y Desarrollo, especializada en identidades masculinas y erradicación de violencia de género.
Estudios consultados por los investigadores dan cuenta de que en ciertas regiones de la entidad uno de cada cinco niños y adolescentes ha manifestado su interés por ser explotador de mujeres, debido a las altas ganancias (un millón de pesos mensuales como mínimo, en el caso de los exitosos) y al prestigio que el negocio reporta.
Melissa Fernández Chagoya, coautora del diagnóstico, señaló en entrevista que en el imaginario social, las ofertas de esta actividad están por arriba de cualquier cosa que el estado pueda ofrecer a los jóvenes en términos materiales
.
Los principales hallazgos, expuso, son que la explotación sexual de mujeres y niñas en la región es una práctica cultural y un modus vivendi, cuyas redes van en aumento a escala nacional e internacional y en las cuales los jóvenes se insertan cada vez a menor edad, pues incluso se han registrado casos en los que abandonan la secundaria para aprender el oficio
.
Uno de los testimonios recogidos en el estudio –de carácter cualitativo y realizado con apoyo del Instituto Nacional de Desarrollo Social– refiere que “mientras acá estamos trabajando en prevención de violencia, allá están preparando a los padrotes desde muy pequeños y eso está asociado al poder económico que conlleva... ellos se están profesionalizando cada vez más, están preparados sicológicamente para profesionalizar las técnicas de enamoramiento”.
Además, apuntó, hay tres actores partícipes poco visibilizados sobre los que es necesario incidir de manera preventiva: los proxenetas en potencia, consumidores y consumidores en potencia.
En ese sentido, es necesario construir un nuevo modelo de masculinidad orientado a esos personajes, puesincidiendo en ellos podríamos ayudar a disminuir la red de trata
y trabajar en que se puede demostrar la masculinidad más allá del estereotipo del proxeneta: un hombre que goza de una economía vasta, una sexualidad vigorosa y numerosas mujeres a su servicio y enamoradas de él.
Por lo que toca a las mujeres, señaló que éstas no se asumen como víctimas de explotación sexual sino que adoptan un discurso feminista retorcido en el que ellas dicen prostituirse porque deciden sobre su cuerpo, cuando en realidad no conocen otras opciones de vida y carecen de modelos de mujeres independientes y exitosas
.
Diversas organizaciones civiles han reportado que Tlaxcala es uno de los estados del país con mayor índice de trata de personas
No hay comentarios:
Publicar un comentario