Permitió el gobierno la siembra de maíz transgénico sin oír demandas protectoras
Hay riesgo de que se incorporen transgenes a las variedades criollas del alimento básico, señala
Angélica Enciso
Periódico La Jornada
Lunes 24 de septiembre de 2012, p. 19
Lunes 24 de septiembre de 2012, p. 19
En lo que va del año, el gobierno federal ha entregado 15 autorizaciones a empresas extranjeras para realizar pruebas piloto –fase previa a la comercial– de maíz transgénico en territorio nacional, con el riesgo de que se incorporen transgenes a las variedades criollas de este alimento básico.
Los permisos otorgados para pruebas piloto de maíz transgénico en una mayor superficie está llevando a “la desregulación del maíz modificado genéticamente y, de facto, se está permitiendo la incorporación de transgenes en el maíz nativo de México. Con la desregulación del maíz transgénico para comercialización se incrementará la capacidad de inserción de transgenes en las poblaciones de maíz en México”, señala Antonio Serratos, investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
En contra de la demanda de protección y también de los principios de bioseguridad, el gobierno mexicano, a través de las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales y Agricultura, durante el actual sexenio permitió las primeras siembras de maíz transgénico a campo abierto, pese a que México es centro de origen de este grano básico de nuestra alimentación, agrega.
Al introducirse los transgenes patentados en las plantas de maíz
se genera semilla nativa que se convierte en transgénica, por lo que entra en el ámbito de la propiedad intelectual y se sujeta a las reglas de las leyes de propiedad industrial en México, o las correspondientes en los otros países del continente. En un escenario de esa magnitud se proyecta que si los transgenes contaminan los maíces nativos de los centros de origen en México y Guatemala, todo el patrimonio genético de maíz del continente americano correrá el riesgo de ser privatizado, señala.
Considera que
conocer la historia de la investigación científica y humanística alrededor del maíz es un paso esencial para tomar conciencia de su importancia y significado para la humanidad a través del tiempo. La historia del continente americano está ligada al maíz.
De acuerdo con un análisis de Antonio Serratos, del Proyecto Global de Maíces Nativos de la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad, en cinco año creció el número de muestras de variedades de maíz nativo, ya que pasó de 9 mil a 22 mil 931 de ellas.
Por su parte, Aleira Lara, coordinadora de la campaña de Agricultura sustentable y transgénicos de Greenpeace, indica que sumados los permisos para cultivo experimental de maíz transgénico, que son 162, más los de siembra piloto, ya van 177 autorizaciones a campo abierto.
Las políticas públicas en materia de bioseguridad han sido erráticas y poco sensatas, por lo que actualmente enfrentamos el riesgo de perder la gran diversidad de maíces mexicanos, agrega.
Advierte que la respuesta para incrementar la producción del campo no está en los transgénicos,
invertir en una tecnología extremadamente costosa y que no tiene ninguna capacidad para enfrentar el reto del cambio climático es arriesgado y poco sensato. Ninguna variedad transgénica ha sido creada con una tolerancia más alta a los estreses hídricos y térmicos
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