Retorna el acoso de priístas contra bases de apoyo zapatistas en Jechvó
Los agresores retuvieron arbitrariamente a un miembro de la comunidad afectada
Hermann Bellinghausen
Enviado
Periódico La Jornada
Jueves 18 de octubre de 2012, p. 20
Jueves 18 de octubre de 2012, p. 20
San Cristóbal de las Casas, Chis., 17 de octubre. Grupos priístas del municipio de Zinacantán, que hasta hace no mucho eran perredistas, han vuelto a hostigar a la comunidad zapatista de Jechvó, negándoles el suministro de agua con acciones violentas, como lo hicieron en 2004, y encarcelando a un representante autónomo. La Junta de Buen Gobierno (JBG) Corazón céntrico de los zapatistas delante del mundo, del caracol de Oventic, señaló:
Son las mismas personas que en el 10 de abril de 2004 atacaron a nuestros compañeros y compañeras, bases de apoyo cuando fueron a darles un poco de agua a nuestros compañeros de la comunidad de Jechvó, porque estaban privados de sus derechos por los partidistas de usar agua del manantial.
Recordando la emboscada que casi cuesta la vida a varios indígenas que marchaban aquella tarde:
En este ataque fueron lesionados varios compañeros, por cohetes, piedras, palos y armas de fuego, con el único delito de dar agua a nuestros compañeros. Las diferentes autoridades no hicieron nada al respecto. Esas personas que están buscando problema por el agua, no es porque carezcan de ella.
No hay razón ninguna lo que están haciendo, añade la JBG.
Mariano Gómez Pérez, base zapatista de la comunidad, solicitó la intervención del juez autónomo y la JBG, luego de que los oficialistas amagaron con cortarles el agua el 30 de septiembre.
El juez autónomo mandó una carta de invitación al agente priísta y a algunos ex zapatistas para tratar el asunto el 7 de octubre. Llegó la carta a mano del priísta como a las 5 horas, del día 5. En lugar de acudir a la invitación, el agente y su comunidad planearon detener a un compañero y así causar una provocación.
Rompen el silencio ante violaciones
Gómez permaneció encarcelado el día entero en represalia por su notificación al juez autónomo, y luego
fue sacado de la cárcel y llevado ante las autoridades y una asamblea de más de 100 personas, donde lo acusaron de
otros delitos fabricados. Lo condujeron con el juez municipal de Zinacantán, y este aconsejó a los priístas no aceptar la invitación del juez zapatista, y los
favorecióabiertamente.
Ante tantas injusticias, violación de los derechos humanos y actitudes inhumanasde las autoridades comunitarias y municipales
y los malos gobiernos estatal y federal, la JBG advirtió:
No nos quedaremos callados ni cruzados de las manos, defenderemos lo que es nuestro, lo que nos pertenece, nuestros recursos y nuestros territorios.
Y más aún:
Lo que sí está claro es la pesadilla para el dizque gobernador Juan Sabines Guerrero y el dizque presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, de llevar la manos manchadas de (las) sangres de muchos compañeros inocentes; de cargar en el pensamiento todos los horrores que han cometido. Sabines Guerrero y Calderón Hinojosa son apellidos que manchan la historia de nuestra patria, así como muchos otros apellidos anteriores.
Recapitula cómo desde 2003, las bases zapatistas
empezaron a ser privadas de sus derecho al aguaen Jechvó, Elambó Bajo, Elambó Alto, San Isidro Chaktoj, Jechch’entik y otras comunidades,
por las personas afiliadas al Partido de la Revolución Democrática (PRD) con el objetivo de rendirlos. La propia JBG de la zona compró un manantial y construyó un tanque,
que ahora la gente de los partidos, respaldadas por las autoridades oficiales. Los agresores son
las mismas personas, pero ahora están de regreso en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
“Aunque en las grandes propagandas tratan de esconder sus acciones injustas, en los medios de comunicaciones publican que el gobierno está en favor de la justicia, la democracia, el respeto y el desarrollo, y que ‘son hechos y no palabras’, lo que se vive en nuestros pueblos son las agresiones, amenazas, desalojos, encarcelamientos injustos, violación de los derechos y persecuciones, eso sí son hecho y no palabras” señala la junta zapatista.
Por más que se esconda la carne en descomposición, no dejará de oler. Por más bonita sea la envoltura, no impedirá su descomposición. La JBG concluye exigiendo que sean respetados los derechos de las bases zapatistas.
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