Software libre, alternativa para personas con discapacidad
Tras aprobarse el decreto 3390 en 2004, el gobierno de Hugo Chavez adoptó como política el uso de programas libres en las dependencias
Claudia Herrera Beltrán
Periódico La Jornada
Lunes 22 de octubre de 2012, p. 41
Lunes 22 de octubre de 2012, p. 41
Pedro Lugo es invidente y programador de computación. En Venezuela ha librado dos batallas: una para dar acceso a las personas con discapacidad a las nuevas tecnologías y otra para promover el uso de software libre.
Desde 2004 el gobierno de Hugo Chavez adoptó como política el uso de programas libres en las dependencias de gobierno; sin embargo, ha habido mucha resistencia a dejar el software privativo, como lo denominan los promotores del software libre.
Un Mundo Accesible, el colectivo que coordina Lugo, ha encontrado en esta alternativa una puerta para que personas con discapacidad usen programas gratuitos, como el Orca, frente a los comerciales que cuestan entre mil y 2 mil dólares (13 mil y 25 mil pesos).
Lugo estuvo en México la semana pasada en el encuentro internacional Aportaciones del Software Libre a la Luchas de las Izquierdas, que congregó a promotores de software libre de una decena de países, donde comentó cómo desarrollaron en Venezuela un lector inteligente denominada Kakapo (el ave más grande del mundo en riesgo de extinción). A Joel Gómez, autor del desarrollo, le gustó ese nombre, porque
las personas con discapacidad estamos apartados, no nos toman en cuenta, aunque cada vez hay más trabajo para integrarnos.
Al acompañar a un amigo a la Universidad Politécnica Territorial de Paria de Luis Mariano Rivera, se animó a estudiar la carrera de computación, ya cursaba una en educación, desde la cual promueve la integración de los venezolanos con alguna capacidad auditiva, sicomotora o cognitiva.
Desde entonces este programador de 35 años de edad trabaja con lectores de pantalla que convierten en audio documentos, archivos y carpetas. Usa computadoras normales y se guía en las letras f y j que están marcadas con una línea para usar el teclado sin tener que verlo mientras utiliza comandos en vez del ratón.
Me animo a seguir, porque sé que faltan muchas soluciones para las personas con discapacidad, hay muchos programas de software privativo, pero son muy costosos. El lector de pantalla cuesta miles de dólares y alguien con discapacidad visual no tiene dinero para desembolsarlo.
El software que utiliza es Orca, tecnología de apoyo libre y flexible para invidentes y deficientes visuales. Usa varias combinaciones de voz, Braille y magnificación para dar acceso a las aplicaciones.
Orca fue elaborado por el Accessibility Program Office de Sun Microsystems, Inc. con las contribuciones de muchos miembros de la comunidad. Y para programar usa el lenguaje Python, cuya filosofía es la legibilidad del código.
Hoy día 200 personas de los 24 estados de Venezuela acceden a la informática a través de Un Mundo Accesible y hay proyectos de capacitación de profesores universitarios.
Según la página de Internet de Un Mundo Accesible sólo una de cada dos personas con discapacidad residentes en América Latina ha completado la educación básica, una de cada ocho ha cursado educación media y apenas una de cada 20 ha logrado acceder a la educación superior.
Por eso
la creación de tecnología accesible (hardware y software) facilitará su acceso no sólo a la tecnología, sino también a la sociedad, de allí surge el proyecto Un Mundo Accesible, el cual está integrado por grupos de usuarios, personas independientes y todo aquel que quiera colaborar, ¡tú también eres bienvenido!, se lee en la web.
La ventaja, dice, es que las personas con discapacidad tienen acceso a cualquier carrera en Venezuela, siempre y cuando tengan el potencial para ejercerla.
No se les niega el derecho a la educación.
Su batalla en favor del software libre es para apoyar el decreto 3390, emitido en 2004, para que la administración cambie a esta alternativa que libera de pagar a trasnacionales, como Apple y Microsoft. Recientemente se emitió otro que promueve el sistema operativo Canaima, que sólo se ha desarrollado en Venezuela.
Desde 2008 las universidades trabajan con software libre en lenguajes como Debian y Canaima, los mismos que los infocentros abiertos a las comunidades y los centros de informática y telemática de las escuelas públicas.
Sin embrago, admite, falta
bastantepara hacer realidad estas leyes, porque hay muchas resistencias de funcionarios y empleados.
A veces instalamos el sistema y empieza el saboteo y se presentan fallas, por eso algunas veces hemos cambiado el sistema sin decirles que es software libre para que no le pongan peros, explica.
Como predicador del uso de plataformas de computación libre (no pago) se propone hacer programas útiles para abrir el mundo de la computación a personas con discapacidad y adultos mayores, que ahora están excluidos.
Me entusiasma ayudar a mis iguales. Hay personas que tienen dos o tres discapacidades y necesitan que les abramos las puertas al conocimiento, concluye
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