Con retos por vencer, el ajedrez es como una alegoría de la vida, dicen maestras
Participarán en cuadrangular el noruego Magnus Carlsen y la húngara Judith Polgar, entre otros
En una carpa frente a la Biblioteca Central de la UNAM,se enfrentan las mejores jugadoras del mundoFoto Carlos Ramos Mamahua
Fernando Camacho Servín
Periódico La Jornada
Sábado 17 de noviembre de 2012, p. 37
Sábado 17 de noviembre de 2012, p. 37
El ajedrez es como una alegoría de la vida: hay muchos rivales y obstáculos por vencer, y en cualquier estrategia que se use para lograrlo tienen un papel fundamental la paciencia, la táctica y el análisis, así como el atrevimiento, la imaginación e incluso el misterio.
Así es como definen uno de los juegos más antiguos del mundo varias participantes del Torneo Internacional Femenino Magistral Grandes Maestras, con el cual la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dio inicio ayer a la segunda edición de su Gran Fiesta Internacional del Ajedrez 2012.
El encuentro, que se llevará a cabo del 16 al 25 de noviembre, comenzó en una carpa de más de 2 mil metros instalada frente a la Biblioteca Central, con una serie de partidas entre 18 de las mejores jugadoras del mundo, provenientes de 16 países de América, Asia y Europa.
Además del certamen de grandes maestras, el festival incluirá un encuentro internacional de partidas rápidas y a ciegas, así como un torneo nacional de ajedrez de escuelas incorporadas a la Universidad Nacional Autónoma de México, obras de teatro y una serie de conferencias sobre el tema.
Una de las actividades más esperadas es el cuadrangular donde participarán el noruego Magnus Carlsen –considerado uno de los genios contemporáneos del ajedrez, a los 21 años de edad–; Lázaro Bruzón, de Cuba; Manuel León Hoyos, de México, y Judit Polgar, de Hungría, una de las pocas mujeres que participan con alto nivel en el juego-ciencia aún dominado por los hombres, como demuestra su victoria sobre el jugador referente Gary Kaspárov.
Si entiendes el ajedrez, entiendes la vida
En el primer día del torneo internacional femenino, donde las jugadoras se enfrentaron cuatro veces contra la misma oponente para clasificar a semifinales, los curiosos y aficionados pudieron observar varios estilos de emprender una batalla, que no por ser silenciosa y estratégica es menos despiadada.
El perfil de la cubana Sulennis Piña, por ejemplo, es la agresividad. Por eso prefiere iniciar el combate con las blancas, aunque no desdeña el juego más pausado y estratégico.
Si entiendes el ajedrez, entiendes la vida, porque debes razonar y buscar variantes para determinadas situaciones; no irte a la ligera, dice con mirada impasible.
A su vez, la holandesa Arlette van Weersel prefiere jugar con las negras, para esperar los movimientos del rival y entonces contratacar. Para ella sí hay un estilo femenino:
las mujeres quizá cometen más errores, pero también siguen más su intuición y hacen jugadas más interesantes e imaginativas.
Sapiko Guramishvili, de Georgia –país donde el ajedrez forma parte de la cultura nacional e incluso se enseña en las escuelas como materia–, no se fija demasiado en el color de las piezas; sólo confía en sus cinco horas diarias de entrenamiento.
Me gusta atacar, como a toda mujer, y creo que sí hay una forma de juego femenino, porque somos más misteriosas y emocionales; nos gusta tomar más riesgos. Es muy útil para la vida, porque te acostumbras a pensar, pero también es emocionante porque una jugada puede destruir todo o llevarte al punto más alto, define.
Para ella, efectivamente, el ajedrez es como la vida. O tal vez mejor
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