Por la noche, inmediaciones del panteón San Fernando se vuelven zona roja

Por la noche, inmediaciones del panteón San Fernando se vuelven zona roja

En las inmediaciones del panteón de San Fernando se reportan casos de prostitución y drogadicciónFoto Carlos Ramos Mamahua

Laura Gómez Flores

 

Periódico La Jornada
Lunes 12 de noviembre de 2012, p. 37

Cada noche, los alrededores del panteón-museo San Fernando, ubicado en la colonia Guerrero, se convierten enzona roja, donde adolescentes ofrecen sus servicios en la vía pública, jóvenes se drogan o alcoholizan y los asaltosestán a la orden del día.

Los problemas, denuncian vecinos, crecen durante los festejos del santo patrono de las causas perdidas, San Judas Tadeo, pues la colocación de autobuses en las calles de Héroes y San Fernando, facilitan que estas personas hagan de las suyas.

Además de que “cada vez son menos los devotos y más los que vienen a echar relajo, a robar o comer de gorra, afectándonos a quienes vivimos aquí”.

A dos calles al poniente de Paseo de la Reforma se encuentra el panteón, donde descansan los restos de hombres ilustres como Benito Juárez, quien fue el último personaje inhumado ahí, los salientes de concreto del panteón sirven de dormitorio a decenas de jóvenes diariamente.

En los seis años recientes, relatan vecinos, son más las niñas de entre 12 y 16 años que ofrecen su cuerpo y hacen el amor en las rejas del panteón o en el prado frente a la iglesia, sin que nadie diga nada, por el temor de ser agredidos verbal y físicamente.

Muchas eran estudiantes de la primaria Belisario Domínguez, ubicada en la calle de Héroes, y no tuvieron de otra para salir adelante, pues la violencia intrafamiliar es pan de todos los días, o que algún familiar esté en la cárcel o los jóvenes en el tutelar, dicen.

Cada día 28 significa para varios de ellos “un gran negocio, porque viene mucha gente a San Hipólito, así que pueden tener más clientes o más dinero para su mona”, agrega Carmen.

Mientras, otros ofrecen un lugar en su casa o en la vía pública además de ayudar a sus padres en la venta de alimentos o artículos diversos para irla pasando el resto del mes, cuando no tienen chamba, señalan.

Su casa, para varios de esos niños y jóvenes son los alrededores del panteón, donde les favorece la falta de iluminación y vigilancia para hacer de las suyas, pues somos pocos quienes denunciamos y si lo hacemos sabemos que se desquitan, afirma don Jorge.

Mencionan que siempre “las autoridades se enfocan en operativospor lo de San Judas, sin darse cuenta que muy cerca hay muchas causas perdidas, que necesitan de su ayuda para salir adelante