Los tradicionales juegos de mesa fueron desplazados por videogames
Ariane Díaz
Periódico La Jornada
Lunes 24 de diciembre de 2012, p. 36
Lunes 24 de diciembre de 2012, p. 36
Las partidas de ajedrez y dominó, el juego de la Oca, las damas chinas, las competencias de conocimientos generales con el Maratón o armar rompecabezas quedaron atrás en las opciones de diversión de niños y adolescentes. Juegos como Turista Mundial o Monopolio fueron desplazados por consolas como el X-Box, Wii o Play Station, que con amplia variedad en géneros de acción, aventura o lucha consumen el tiempo libre de los niños y el dinero de sus padres.
En un mundo donde la tecnología avanza a la velocidad de la luz y el juego que hoy es novedad en tres meses es obsoleto ante una versión de última generación, los juegos de destreza y de azar tienen poco lugar.
En un recorrido por Expo Juguete, en el Palacio de los Deportes, se constató que no obstante sus bondades, ocupan una pequeña parte de los estands.
De acuerdo con David Fragoso Franco, especialista del colegio de Pedagogía de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, de la Universidad Nacional Autónoma de México, los juegos didácticos –en contraste con videojuegos, armas de juguete o muñecos símbolo de fuerza y violencia– permiten al niño vislumbrar la relación en la sociedad. El juego es un proceso de relación y negociación que implica reglas que uno debe aprender y acatar.
En los videojuegos el límite es el grado de violencia; ahí no se negocia: quien tiene más fuerza o las armas más potentes gana.
Entre los videojuegos están aquellos cuyo protagonista es un soldado con la misión de matar extraterrestres que invadieron una nave espacial, o un asesino en diferentes contextos históricos: las Cruzadas, el Renacimiento o la guerra civil estadunidense. Hay otros cuyo propósito es asesinar zombies.
Los videojuegos salen de la consola y ahora también se pueden adquirir las
armascaracterísticas de la historia, cuyo valor alcanza miles de pesos.
En cualquier centro comercial hay líneas de héroes de acción con
puño demoledor,
traje de ataque,
garras subterráneas,
megaespaday
demolición en caverna, entre otros. Según el experto, “no hay problema de que los niños se relacionen con ellos, pero no es recomendable que los padres los dejen a su suerte. Tendría que haber una segunda fase donde se reflexione con el niño sobre qué sucedería si (el juego) fuera verdad. Esto tiene que ir en un sentido de charla, no de sermón.
La formación es mejor cuando uno pregunta al niño y lo hace pensar y no cuando se le niega jugar algo en particular, conclu
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