Menos migrantes indocumentados pasan por la frontera sur, señala funcionaria de Chiapas
Los maras salvatruchas constituyen ya parte de las bandas del crimen organizado, dice
Víctor Ballinas
Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 7 de diciembre de 2012, p. 22
Viernes 7 de diciembre de 2012, p. 22
Tuxtla Gutiérrez, Chis., 6 de diciembre. En el simposio Los retos de la frontera sur, el paso de los migrantes: un fenómeno del siglo XXI, la secretaria de la Frontera Sur, del estado de Chipas, Andrea Hernández, sostuvo que los maras salvatruchas se han transformado y ahora son parte de las bandas del crimen organizado;
Se hacen pasar como migrantes para seleccionar a los que pueden ser secuestrados.
La funcionaria sostuvo que el tránsito de extranjeros se redujo en los últimos años, al pasar de 400 mil migrantes indocumentados por año a 150 mil que cruzan la frontera sur del país con la finalidad de cruzar hacia Estados Unidos.
Hernández sostuvo que el comercio en el río Suchiate es de alrededor de 2 mil millones de dólares anuales.
Se estima que las ventas diarias de menaje para casa es de entre 20 mil y 100 mil pesos: hay mil tricicleteros, cinco sindicatos, 500 balseros. Es una gran economía de productos mexicanos, que los guatemaltecos compran en el río para internarlos a Guatemala.
Por su parte, el embajador Antonio José Araníbar Quiroga, representante de la Organización de Estados Americanos (OEA), pidió que ahora que el presidente Enrique Peña Nieto y los partidos PAN, PRD y PRI han signado el Pacto por México, y en el punto tercero se habla de que
se ejecutará una política migratoria que defienda los derechos humanos de los migrantes en Estados Unidos, y que esa misma política se llevará a cabo con los migrantes centroamericanos que cruzan el país, se requiere discutir con los migrantes organizados la decisión de que no se exija visa a los guatemaltecos, salvadoreños y hondureños.
En se debate, dijo el diplomático, se debe incorporar a la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales, a los organismos internacionales de derechos humanos, a la Organización Internacional del Trabajo, a la Organización Internacional de las Migraciones, a la OEA, la ONU y la CIDH, entre otras”.
A su vez, el sacerdote Heyman Vázquez, coordinador de la pastoral de la movilidad humana de la diocésis de Tapachula, y director de la casa del migrante Hogar de la misericordia, denunció que los secuestros de migrantes continúan;
aunque ya no son masivos, sí hay secuestros de uno o dos migrantes.
Manifestó su preocupación por la política migratoria mexicana, que actualmente busca proteger la frontera, y ello ha hecho que los migrantes se internen por lugares por los que corren mayor peligro.
Las mujeres son obligadas a comprar su seguridad al cruzar a territorio mexicano, a través del comercio sexual. Niñas y mujeres son obligadas a trabajar en bares, donde son explotadas sexualmente, y ni la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ni la comisión estatal del ramo muestran compromiso real para defender a estas personas.
El presbítero denunció además que
continúan los abusos contra los migrantes, las extorsiones, las vejaciones, los asaltos, por lo que es necesario revisar la política migratoria mexicana, porque “hoy miles de centroamericanos que van en busca del sueño americanoviajan en trenes de carga donde sufren accidentes, violaciones sexuales, mutilaciones, tortura, insolación, deshidratación y secuestros”.
Por su parte, el representante de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, embajador Luis Ortiz Monasterio, insistió en que “se debe retomar el tema de la migración desde un imperativo ético y jurídico, además de académico; hay que devolverle esa visión que se tenía en el pasado, cuando no se les perseguía.
El dolor que padecen nuestros hermanos migrantes ha sido expuesto aquí y contrasta con la política mexicana de asilo a los perseguidos: se ha perdido la vocación de apoyo al migrante
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