Se quedó muy corta la legislación sobre los alimentos saludables: ONG
Blanca Juárez
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de diciembre de 2012, p. 31
Miércoles 26 de diciembre de 2012, p. 31
Aunque la reciente reforma educativa prohíba
los alimentos que no favorezcan la salud de los educandos, esto no garantiza que se impida su venta en las escuelas, ya que se trata de una definición vaga.
Lo mejor hubiera sido sólo mencionar alimentos saludables y recomendables, porque ahí no pueden entrar los productos chatarra.
Alejandro Calvillo, director de la asociación civil El Poder del Consumidor, dijo que es importante esta restricción. Sin embargo,
no nos garantiza nada, se necesita una definición más estricta de lo que tenemos actualmente, para que no se expendan
mercancías chatarra ni altos en azúcares, grasas o sales.
En enero de 2011 entraron en vigor los lineamientos sobre la venta de comida chatarra en las escuelas de prescolar, primaria y secundaria. Calvillo recordó que
en la primera versión había una lista de productos que no se podían vender.
Pero en agosto de ese año Alonso Lujambio, entonces secretario de Educación Pública, ratificó a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria el permiso de venta con ciertos límites de grasas, azúcares, carbohidratos y sal.
Para Calvillo, estos lineamientos dejan al sexenio de Felipe Calderón como un gobierno fallido en la materia, debido a que quien vigila su aplicación son los consejos escolares,
que en muchas escuelas no funcionan y donde sí, no tienen información clara.
En el Acuerdo Nacional por la Salud Alimentaria –también presentado en la administración calderonista– se propuso educar sobre una buena alimentación desde las escuelas. Pero es ahí donde se encuentran productos altamente procesados con colorantes y saborizantes artificiales,
¿cómo les vamos enseñar a alimentarse bien?, cuestionó.
Por su parte, José Luis Castillo Hernández, director de la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana, campus Jalapa, subrayó que en este acuerdo se indican raciones de consumo,
pero los niños, en lugar de comer una, consumen dos y no será posible controlar esto en las tiendas escolares, dado que es utilizado como un negocio que reditúa a quienes los expenden.
Aseguró que ingerir este tipo de alimentos se relaciona directamente con el sobrepeso y la obesidad, por las altas concentraciones de grasa. Por ello se necesitan programas
contundentes, porque estos padecimientos están rebasando todas las estrategias para tratar de contrarrestarlos.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, una tercera parte de los niños de entre cinco y 11 años padecen sobrepeso u obesidad. Además, en menores de cinco años se registra un ascenso: en 1988, 7.8 por ciento presentaban alguno de estos problemas, mientras que en 2012 lo padecen 9.7 por ciento.
Castillo Hernández advirtió que si no se frena el problema de obesidad y sobrepeso,
no habrá presupuesto que alcance, pues está asociado con gran número de enfermedades crónicas no transmisibles
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