Elefante blanco, la central de abasto de San Cristóbal
Interior de la central de abasto de la zona norte de San Cristóbal de las Casas, Chiapas,la cual fue construida hace tres años. Pese a ser considerado uno de los mercado más modernos, con un sistema de drenaje de primera, está subutilizado y padece grave deterioro en su infraestructuraFoto Moysés Zúñiga Santiago
Elio Henríquez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 16 de junio de 2013, p. 32
Domingo 16 de junio de 2013, p. 32
San Cristóbal de Las Casas, Chis., 15 de junio.
Considerada una de las más bellas y modernas del sureste del país, la central de abasto de la zona norte de esta ciudad está convertida en un elefante blancodebido a la disputa de los espacios por más de 30 organizaciones indígenas, las pugnas políticas y la falta de interés de las autoridades estatales y municipales.
Construido hace casi tres años con inversión de 200 millones de pesos, el mercado es ocupado sólo por 400 de los más de 3 mil 500 locatarios que tienen derecho a un puesto en ese sitio. Las ventas son bajas debido a la escasa presencia de compradores; además, de las 18 bodegas sólo funciona una.
Mauricio Chávez Moreno, administrador del mercado, dijo que, además, desde septiembre pasado integrantes de la Organización Nacional del Poder Popular que exigen espacios comerciales, tienen invadida la terminal de corto recorrido –clave para echar a andar el mercado–, cuyo objetivo es concentrar todas las unidades de pasaje público de los municipios de la región que a diario viajan a esta ciudad y movilizan miles de potenciales compradores y vendedores.
Señaló que de los 3 mil 500 locales asignados, sólo funcionan entre 400 y 500, con el agravante de que no hay muchos compradores y la mayoría de integrantes de las 33 organizaciones que se repartieron los puestos no acuden a abrirlos.
Nulo mantenimiento en tres años
Por separado, el secretario de Servicios Públicos Municipales, Gustavo Martínez Ancheita, afirmó que la central de abasto –que pertenece al gobierno estatal, pues no se ha municipalizado– tiene
graves afectaciones por la falta de mantenimiento, pese a que fue construida hace menos de tres años.
Hemos detectado grave deterioro en su infraestructura: colocaron planchas de concreto sobre trampas de grasa de su drenaje y hay fosas sépticas taponadas; tiene un sistema de drenaje de primera y un drenaje pluvial que lo colocan como uno de los mercado más modernos, pero le han encimado construcciones y locales comerciales, aseveró.
Dijo que es una paradoja que por una parte
haya demanda grande de espacios para vender en todo el municipio y por otra tengamos un mercado que tiene todo y no funciona, por lo que se hará un diagnóstico para tratar de que opere en forma adecuada.
Chávez Moreno explicó que al mercado lo integran la nave uno, de dos plantas y con capacidad para 850 puestos; cuenta con áreas para venta de carnes, pollos, pescados, frutas, verduras, abarrotes, lácteos y velas, entre otros.
La nave dos tiene 80 puestos para venta de artesanías, telas, ropas, zapatos, ropa regional, joyería, florerías y plásticos. En la nave tres también con 80 locales, hay fondas, taquerías, tortillerías, venta de tamales, atole y otros alimentos.
Adicionalmente, hay 424 espacios adentro y en las pilastras destinadas a las canasteras para el tianguis; a ellos se suman mil 800 puestos de madera que se distribuyeron 33 organizaciones alrededor del edificio, no contemplados en el proyecto original.
El mercado empezó mal debido a que recién construido fue tomado como botín político por los entonces precandidatos a la alcaldía, Hugo Pérez Moreno, del Partido Verde, y Francisco Martínez Pedrero, del PRI, actual presidente municipal.
El día en que fue inaugurado oficialmente –septiembre de 2011– la ceremonia devino enfrentamiento en el que partidarios de Pérez Moreno agredieron a la entonces alcaldesa Cecilia Flores Pérez y pretendieron retener a Martínez Pedrero, quien era administrador.
Un día después, decenas de miembros de organizaciones afines a Pérez Moreno invadieron el estacionamiento y otras áreas y sus dirigentes comenzaron a distribuirse y a vender en 3 mil y 5 mil pesos cada espacio. Todo ello ahuyentó a los compradores.
Manuel Collazo Gómez, dirigente de la Organización de Pueblos Evangélicos de Chiapas –quien se apropió de 500 puestos– y coordinador de las 33 agrupaciones que se repartieron gran parte de los espacios, sostuvo que la central de abasto no ha funcionado porque falta apoyo de los gobiernos estatal y municipal.
El punto central para echarlo a andar es que se abra la terminal de corto recorrido, pero también es necesario que
todos los que tengan un puesto y necesidad de trabajo lo abran para que funcione, señala.
Un locatario afirmó:
La mayoría de los miembros de las organizaciones sólo invadieron el mercado y se fueron porque no necesitan los locales o no tienen vocación de comerciantes; otros los han vendido en 20 mil o 30 mil pesos porque son maestros o licenciados, ya que no hubo control para la entrega de los espacios a personas de las asambleas de barrios, grupos creados y manipulados por el anterior gobierno.
Chávez Moreno opinó que la central, construida en cuatro hectáreas, no funciona
por el poco interés de la misma gente para venir a trabajar, porque no es de aquí sino de municipios vecinos o porque es nueva en este giro comercial.
El mejor mercado del sureste
Insistió:
Somos el mejor mercado, no sólo de Chiapas, sino del sureste. Es sustentable con su sistema de agua propio, el más limpio, el más seguro, con estacionamiento para hasta 300 vehículos. Es una construcción bien pensada, con arcos y pilares que le fascina a los visitantes. Ha venido gente de Tabasco y Yucatán, por ejemplo, y nos dicen que tenemos el mejor mercado, pero necesitamos activarlo para que vengan compradores. Es una de las obras más importantes del gobierno anterior
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