Manifestación para exigir que esclarezcan el asesinato del líder de la liga Emiliano Zapata
Héctor Briseño y Sergio Ocampo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de agosto de 2013, p. 14
Miércoles 7 de agosto de 2013, p. 14
Acapulco, Gro., 6 de agosto.
Familiares e integrantes de la Liga Agraria Revolucionaria del Sur Emiliano Zapata (Larsez) acudieron al Servicio Médico Forense de Acapulco, Guerrero, para reclamar el cuerpo de Raymundo Velázquez Flores, líder de esa organización, así como el de Samuel Vargas Ramírez, uno de sus acompañantes, cuyos cadáveres fueron encontrados en el río de Coyuca de Benítez el pasado lunes.
Exigieron una investigación exhaustiva respecto a este multihomicidio, pues los policías tardaron más de tres horas en llegar al lugar de los hechos, además de que continúa desaparecido el chofer del vehículo en el que viajaban y recordaron que el lunes estaba programado que el gobierno estatal entregara a la Larsez apoyos por 2 millones 100 mil pesos.
Arturo Miranda Ramírez, dirigente de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) –agrupación que dirigió el extinto guerrillero Genaro Vázquez Rojas–, recordó que Velázquez Flores a principios de los años 80, participó en la lucha por la pavimentación del periférico que hoy rodea la ciudad de Iguala,
que en ese tiempo se encontraba en total abandono.
Como resultado de esa lucha se conformó el Movimiento Urbano Popular de Iguala en el que Raymundo empezó a adquirir conciencia de lucha y a destacar como activista. Ahí conoció los principios de la ACNR y decidió afiliarse. Ese fue el origen de su militancia por las causas más sentidas de nuestro pueblo, recordó.
Organización alternativa
Miranda Ramírez dijo que el extinto líder de la Larsez destacó al encabezar a 200 campesinos de varias partes del estado, apoyado por los dirigentes campesinos Antonio Sotelo Pérez (fundador) y Santos Méndez Bailón que acababan de regresar a Guerrero del exilio de más de 11 años en Cuba.
Pronto la Larsez se convirtió en una organización campesina alternativa y blanco de ataques de personeros del gobierno estatal, entre ellos Humberto Salgado Gómez, entonces secretario de Gobierno del interino Ángel Aguirre Rivero, pues
infiltraron elementos de Antorcha Campesina, que al ver su capacidad de convocatoria se empeñaron en tratar de corromperlo.
En los años recientes se dio a la tarea de promover una estrategia de vinculación con otros movimientos sociales del país sin importar su filiación política e ideológica,
sólo bastaba que compartieran la necesidad de sumar fuerzas para solucionar los problemas de los pueblos de La Montaña, las costas de Guerrero y del estado.
“Le levantó la mano a Juárez Cisneros y a Ángel Aguirre durante sus campañas por la gubernatura y los críticos vieron en esa actitud un alineamiento con el PRI o con el PRD, pero se equivocaron, porque lo hizo para encontrar apoyo para su gente. Contra todos hizo plantones, marchas, huelgas de hambre y tomas de edificios contra la secretaría federal de los asuntos indígenas.”
Recientemente, prosiguió, desde el poder se hizo aparecer un quejoso que supuestamente no le habían entregado parte de los logros de la última lucha que promovió Raymundo, y “seguramente esa fue la oportunidad que esperaba el gobierno para tener la coartada para asesinarlo y hacer de su muerte el resultado de problemas que tuvo con algunos colaboradores.
Esa estrategia homicida ha sido el arma favorita del Estado cada vez asesinar a los luchadores sociales que no le son incondicionales. Esta vez, en el marco de la desmedida inseguridad prevaleciente, donde los brazos de la delincuencia no oficial, se entrelazan con los delincuentes oficiales, llámense militares o policías, concluyó el dirigente.
El pasado lunes al mediodía fueron hallados en el punto conocido como Carrera Larga, municipio de Coyuca de Benítez, en la Costa Grande de Guerrero, los cuerpos de tres personas maniatadas y con huellas de tortura, entre ellas el de Raymundo Velázquez Flores, dirigente de la Larsez.
La diputada federal perredista Rosario Merlín García, lamentó el asesinato de Velázquez Flores, de quien dijo, ya había denunciado amenazas y la existencia grupos paramilitares en la región de la Costa Grande.
Es muy lamentable que luchadores sociales sean criminalizados. Si no paran el hambre, si no terminan con las enfermedades, tendrían que matar a muchísimos mexicanos
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