Exhorto del Unicef a denunciar las agresiones hacia los niños
Adopta muchas formas, incluyendo la doméstica, el asalto sexual y prácticas disciplinarias severas, que a menudo se producen en situaciones de guerra y conflicto, señaló Anthony Lake
Ciro Pérez Silva
Periódico La Jornada
Jueves 21 de noviembre de 2013, p. 40
Jueves 21 de noviembre de 2013, p. 40
Con demasiada frecuencia, el abuso a los niños ocurre en la sombra: no se detecta ni se declara, y –peor aún– en muchos casos se acepta, afirmó el director ejecutivo del Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef), Anthony Lake, tras señalar que “todos tenemos la responsabilidad de ‘hacer visible lo invisible’. Desde los gobiernos, que promulgan y hacen cumplir las leyes que prohíben la violencia contra los niños, hasta los ciudadanos que se niegan a permanecer en silencio cuando son testigos del abuso o sospechan que existe”.
Al conmemorar este miércoles el 24 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, la Unicef exhortó a visibilizar con mayor fuerza a los millones de niños, niñas y adolescentes que en todos los países y en todos los niveles de la sociedad son víctimas de la violencia, que continúa pasando desapercibida y sin denuncia.
En este esfuerzo, la oficina del Unicef impulsa la campaña #ENDViolence, para promover el reconocimiento público de las agresiones contra los niños y fomentar el apoyo y compromiso con todos los sectores para enfrentar este grave problema.
La violencia contra los niños adopta muchas formas, incluyendo la doméstica, el asalto sexual y las prácticas disciplinarias severas, y a menudo se produce en situaciones de guerra y conflicto. Puede causar daños físicos y sicológicos en los niños. La agresión contra los menores es algo más que hacer daño a un niño concreto, ya que socava el tejido social y afecta la productividad, el bienestar y la prosperidad, dijo Lake, tras señalar que
ninguna sociedad puede permitirse el lujo de ignorar la violencia contra los niños.
Niñas y adolescentes indígenas, las más vulnerables
El Unicef reconoce avances en materia de derechos humanos en la legislación mexicana, como elevar a rango constitucional el interés superior del niño, pero aún existen desafíos, como abatir la agresión que se ejerce contra las niñas y adolescentes indígenas.
Las niñas y adolescentes indígenas sufren violencia dentro y fuera de sus comunidades, son las más vulnerables a ser explotadas laboral y sexualmente. También enfrentan la violencia de género en sus relaciones sociales, de familia y de pareja, la cual está relacionada principalmente con agresiones sexuales, emocionales o físicas.subrayó Isabel Crowley, representante del Unicef en México. Otro factor de exclusión que afecta particularmente a las niñas y adolescentes indígenas es la falta de inclusión educativa: 52.5 por ciento de las niñas entre 12 y 14 años que viven en zonas rurales en México no asisten a la escuela, según el Censo 2010. En el caso de los hogares más pobres y con condición de habla indígena, 51 por ciento del total que no asiste a la escuela son mujeres.
Asimismo, la unión conyugal a edades tempranas condiciona las oportunidades que pueden tener en la vida las adolescentes, porque limita y/o dificulta la continuidad escolar y porque las obliga a asumir responsabilidades y obligaciones domésticas. Además, uniones a corta edad se asocian con una maternidad temprana, por ejemplo, un dato de 2010 revela que 19 por ciento de las adolescentes indígenas de 15 a 19 años ya eran madres.
Señala que la Encuesta de Salud y Derechos de las Mujeres Indígenas (Ensademi) 2008, llevada a cabo en ocho regiones indígenas del país, destacó que 68.51 por ciento de todas las mujeres encuestadas, tenían entre nueve y 19 años cuando contrajeron matrimonio y 26 por ciento de éstas tenía 15 años o menos al momento de su matrimonio.
El Unicef impulsa una serie de Encuentros de niñas indígenas, conjuntamente con las autoridades educativas en México. El primero tuvo lugar en Chihuahua, donde 60 niñas y adolescentes indígenas de las cuatro etnias del estado dialogaron sobre temas de género, educación, discriminación y participación, reconociendo el valor de su cultura, pero también exigiendo el cumplimiento de sus derechos.
Ayer dio inicio el segundo de estos encuentros en Oaxaca, en el que participaron niñas y adolescentes de 16 comunidades indígenas del estado
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