Redacción NotieSe
México DF, diciembre 16 de 2013. Como una herramienta para guiar espermatozoides individuales al óvulo o para administrar dosis específicas de medicamentos en partes selectas del cuerpo, investigadores del Instituto de Nanociencias Integrativas en Dersden, Alemania, crearon el primer espermatozoide robótico.
El equipo de científicos, encabezado por Oliver Schmidt, reportó en un artículo publicado en la revista Advanced materials que obtuvo los espermatozoides cyborg a través de la combinación de esperma de toro con diminutos tubos (de 50 micras de largo por 5 a 8 micras de diámetro) de metal magnético.
El funcionamiento del dispositivo fue posible debido que un extremo de los tubos era más angosto que el otro, por lo que los espermatozoides que entraban en ellos se quedaban atorados, pero con sus flagelos libres, permitiéndoles moverse junto con el tubo.
Para controlar la orientación de los espermatozoides dentro de los microtubos, los científicos utilizaron imanes, ya que mediante campos magnéticos externos pudieron guiar la dirección de los microscópicos robots.
Además, controlaron la velocidad mediante la alteración de la temperatura del medio ambiente pues los micro robots se mueven más rápido cuando aumenta la temperatura y más lento cuando se enfría.
De acuerdo con Schmidt, los espermatozoides son un transporte ideal para medicamentos, ya que son inofensivos para el cuerpo y pueden nadar a través de líquidos viscosos sin necesidad de fuerza artificial como un motor.
Para el equipo de investigadores, el desarrollo de este dispositivo es una muestra de que “la combinación de una fuente biológica y un microdispositivo es un enfoque atractivo para el desarrollo de nuevos mini dispositivos robóticos con aplicaciones fascinantes en el futuro”
El equipo de científicos, encabezado por Oliver Schmidt, reportó en un artículo publicado en la revista Advanced materials que obtuvo los espermatozoides cyborg a través de la combinación de esperma de toro con diminutos tubos (de 50 micras de largo por 5 a 8 micras de diámetro) de metal magnético.
El funcionamiento del dispositivo fue posible debido que un extremo de los tubos era más angosto que el otro, por lo que los espermatozoides que entraban en ellos se quedaban atorados, pero con sus flagelos libres, permitiéndoles moverse junto con el tubo.
Para controlar la orientación de los espermatozoides dentro de los microtubos, los científicos utilizaron imanes, ya que mediante campos magnéticos externos pudieron guiar la dirección de los microscópicos robots.
Además, controlaron la velocidad mediante la alteración de la temperatura del medio ambiente pues los micro robots se mueven más rápido cuando aumenta la temperatura y más lento cuando se enfría.
De acuerdo con Schmidt, los espermatozoides son un transporte ideal para medicamentos, ya que son inofensivos para el cuerpo y pueden nadar a través de líquidos viscosos sin necesidad de fuerza artificial como un motor.
Para el equipo de investigadores, el desarrollo de este dispositivo es una muestra de que “la combinación de una fuente biológica y un microdispositivo es un enfoque atractivo para el desarrollo de nuevos mini dispositivos robóticos con aplicaciones fascinantes en el futuro”
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