Desaprovecha AL el uso de celulares como herramienta educativa: Unesco

Desaprovecha AL el uso de celulares como herramienta educativa: Unesco

En México se ha disparado la telefonía móvil, pero no el uso de smartphones

La falta de cobertura, seria limitación para programas de aprendizaje móvil

Usuarios de redes sociales impulsan el auge de los dispositivos móvilesFoto Alfredo Domínguez

Laura Poy Solano

 

Periódico La Jornada
Domingo 22 de diciembre de 2013, p. 37

Peses a que en América Latina la penetración en el uso de teléfonos celulares es una de las más altas del mundo, su empleo como herramienta educativa enfrenta diversos retos como el elevado costo de conexión a Internet, el escaso acceso a la banda ancha para la transmisión de datos e imágenes y una entrada restringida en las aulas.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), alerta en un estudio denominado Activando el aprendizaje móvil en América Latina. Iniciativas ilustrativas e implicaciones políticas, que si bien un alto porcentaje de la población, urbano y rural, en la región accede a un dispositivo móvil de telefonía, se trata de celulares estándar debido al alto costo de los equipos más desarrollados.

Considerada una de las estrategias que más oportunidades podrían generar para abatir el analfabetismo que aún afecta a más de 600 millones de personas en el mundo, el aprendizaje móvil, es decir, aquel que emplea cualquier tipo de dispositivo electrónico portátil, con acceso a Internet y contenidos multimedia, enfrenta obstáculos que demandan el liderazgo eficaz de los gobiernos locales.

La organización multinacional señala que si bien una de las principales ventajas de los teléfonos celulares sobre las computadoras portátiles es su capacidad de uso de la red telefónica inalámbrica para acceder a Internet, sólo los dispositivos con tecnología 3G y 4G permiten velocidades equivalentes a las disponibles por banda ancha terrestre.

Sin embargo, apunta que la disponibilidad de estas redes en América Latina aún es limitada, pues se concentra en las grandes ciudades.

El estudio, resultado de una encuesta en 33 naciones de la región, incluido México, señala que mientras en los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el promedio de cobertura de la población con redes 3G o superior ronda 90 por ciento, en nuestra región se estima que es menor a 55 por ciento.

Afirma que la falta de cobertura es una seria limitación para programas de aprendizaje móvil que utilicen teléfonos inteligentes o que requieran conectividad de alta velocidad.

Otro reto, señala la Unesco en su informe –previo a la Semana del Aprendizaje mediante Dispositivos Móviles, que se realizará del 17 al 21 de febrero próximo– es que en la mayoría de las naciones latinoamericanas predomina una política de acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) por medio de programas que buscan proveer a cada alumno y docente de una computadora, en la mayoría de los casos, portátil.

Agrega que un estudio reciente sobre proyectos de uso de computadoras portátiles en países en desarrollo reveló que los costos iniciales de los programas representan tan sólo un 25 por ciento de los gastos totales, mientras que la inversión operativa, que incluyen soporte, capacitación, conectividad, electricidad, suscripciones y contenidos digitales, suman hasta 61 por ciento.

Destaca que son programas que requieren de asignaciones presupuestales sustantivas y gran atención para lograr una implementación exitosa: la mejora de la infraestructura de telecomunicaciones, la compra y distribución de equipamiento, el desarrollo de contenidos digitales, la formación docente, la provisión de mantenimiento y apoyo técnico, entre otras.

Esto podría generar, advierte el documento, que algunos gobiernos consideren que su agenda de TIC y educación se encuentra saturada, y que las iniciativas para impulsar el aprendizaje móvil se pospongan.

Finalmente, la Unesco, subraya, que ante el ingreso masivo de celulares a las escuelas, que en muchos casos aún son considerados como elementos disruptivos para la enseñanza y el aprendizaje, las autoridades educativas locales han establecido normas estrictas para prohibir su uso en los planteles, lo que inhibe su capacidad como herramienta educativa