Especialistas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) investigan el origen genético del autismo, que en nuestro país afecta a uno de cada mil menores hasta 16 años, por lo que se estima que 37 mil niños sufren del síndrome caracterizado por la dificultad para la comunicación e interacción social del paciente, y en su comprensión de emociones y conductas de otras personas.
Amalia Gómez Cotero, profesora del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud, afirmó que en años recientes se han incrementado los casos detectados de autismo, no sólo en México, sino en el mundo. Es como si fuera una epidemia. Son muchos los menores afectados
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Esta situación, indicó, ha generado el interés de la comunidad científica y ha alentado estudios, entre los que destacan el origen genético de este padecimiento. Indicó que en el IPN se estudian cuatro genes que pueden tener relación directa con el autismo, ya que afecta la producción de neurotransmisores como la dopamina y serotonina.
En entrevista con La Jornada, señaló que desde hace tres años el IPN impulsó la creación de un equipo multidisciplinario para indagar el origen genético de este padecimiento.
Hasta el momento, explicó, se han recolectado 90 muestras de sangre de padres con hijos que padecen autismo, las que fueron enviadas a la Universidad Tous Bretonnais, de Francia, y a la Clínica de Autismo y Alteraciones del Desarrollo (Clima) de México, cuyos resultados de información genética serán comparados con pacientes del país galo y Líbano.
Creemos que este año obtendremos los primeros resultados, y con ello podremos comprobar si la enfermedad puede tener un origen genético, aunque los hallazgos científicos más recientes parecen confirmar la hipótesis.
Agregó que algunos síntomas más comunes en pacientes con autismo es la ausencia de contacto visual, incluso cuando son bebés. Esto hace difícil el vínculo con los padres. Incluso, cuando se amamanta al menor hay un rechazo a la madre y un contacto emocional casi nulo
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Dado que en México son escasos los especialistas para atender los casos que diagnosticados, el IPN cuenta con una maestría para formar personal en la atención de menores autistas.
Por último señaló que muchos grupos científicos están tratando de averiguar si hay una predisposición genética. De confirmarse este hallazgo, permitiría detectar el padecimiento desde la gestación”, concluyó
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