En la reciente edición de la conferencia, se hicieron públicos más datos sobre adhesión y desarrollo de resistencias en dicho ensayo
Miguel Vázquez - 22/03/2011
Miguel Vázquez - 22/03/2011
El pasado mes de noviembre, se dieron a conocer los resultados del estudio iPrEx, que evidenciaron que el uso de una profilaxis preexposición (PPrE) redujo el riesgo de infección por VIH en hombres que practican sexo con hombres (HSH) y en mujeres transgénero, una población que -según puede comprobarse- sigue viéndose afectada de manera desproporcionada por el virus, pese a la creciente feminización de la epidemia de VIH. Los nuevos datos disponibles sobre el iPrEx fueron presentados en la XVIII Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), celebrada recientemente en Boston (EE UU).
En el mencionado ensayo (de distribución aleatoria y a doble ciego), se comparó la administración diaria por vía oral de un comprimido que contenía una combinación de tenofovir (TDF) y emtricitabina (FTC) [Truvada®] frente a un placebo, a fin de verificar su efecto preventivo en una población de HSH, que también recibió un paquete integral de servicios preventivos. Los resultados hechos públicos en noviembre del pasado año se basaron en el análisis de las visitas realizadas hasta el 1 de mayo, pero los participantes siguieron hasta el mes de agosto de 2010 (manteniéndose el protocolo ciego) y, finalizado el ensayo, fueron monitorizados durante un período de 8 a 24 semanas tras interrumpir la medicación del estudio.
El ensayo contó con la participación de 2.499 hombres, los cuales proporcionaron datos equivalentes a 3.324 persona-años de seguimiento para el análisis. En los datos presentados el pasado año se registraron 110 seroconversiones, de las que diez correspondieron a personas que ya tenían el VIH al inicio, pero aún no habían desarrollado anticuerpos, por lo que no habían sido diagnosticadas. De las 100 infecciones restantes, un total de 64 se produjeron en el brazo de placebo y 36 en el de intervención, lo que supone un descenso del 44% en la incidencia del VIH, según el análisis por intención de tratamiento modificada. La eficacia general fue del 47% en este análisis teniendo en cuenta las infecciones basales.
Los datos finales presentados en la CROI 2011 revelaron que se dieron un total de 130 infecciones por VIH entre los participantes, 48 de los cuales tomaban Truvada® y 82, placebo. Entre los 10 hombres que presentaban infecciones basales mencionados en el párrafo anterior, en dos casos el virus pareció haber desarrollado resistencia a emtricitabina. Por su parte, se registraron seis infecciones en los tres meses inmediatamente posteriores a la conclusión del ensayo, cuatro de ellas entre los participantes que tomaban Truvada®.
Esto significa que el nuevo cálculo de eficacia empleando el análisis “por intención de tratamiento modificada” (en el que se excluyó a los hombres que tenían VIH al comienzo del estudio y no se consideraron factores tales como el grado de adhesión y el riesgo sexual) arrojó un valor del 42%. La eficacia fue mayor en varones de más de 25 años (56%), en hombres que declararon una adhesión superior al 90% (68%) y, por motivos que todavía no están claros, entre el relativamente reducido grupo de hombres que estaban circuncidados (76%).
Los datos actualizados del ensayo también evidenciaron que los niveles de adhesión variaron entre las distintas sedes del estudio; así, en los centros de EE UU se registró un grado de adhesión casi perfecto. Además, los hombres que mantuvieron relaciones sexuales de riesgo mostraron unos niveles de adhesión elevados.
La adhesión a los métodos preventivos del VIH es un tema fundamental, ya que su eficacia depende de ella; por esta razón, en los estudios es muy importante hacer un seguimiento de este parámetro. Sin embargo, no siempre es posible confiar en la propia declaración del participante a este respecto, puesto que se sabe que los resultados obtenidos de este modo suelen estar distorsionados por distintos sesgos y, por lo general, sobreestiman el grado real de adhesión.
Así, en el ensayo iPrEx se realizó una medición de los niveles de fármaco a nivel intracelular (en muestras tomadas de forma aleatoria a las semana 24 entre los participantes seronegativos) y se efectuó un análisis de su correlación con distintos indicadores de adhesión (autodeclaración, recuento de comprimidos y las valoraciones en función de la reposición de fármacos). Es fundamental disponer de otras variables para determinar el grado de adhesión porque las medidas directas del nivel de fármaco resultan costosas, solo valoran el uso de la PPrE en un momento concreto y no ofrecen una visión directa de los patrones de intención de empleo de la profilaxis. La utilización de indicadores validados servirá para mejorar la adhesión general requerida para la investigación y puesta en marcha de programas a fin de implementar esta profilaxis.
Se analizaron muestras de 179 participantes y en el 54% de ellas se detectó la presencia de alguno de los dos fármacos. La adhesión determinada por la propia declaración o por el recuento de comprimidos se relacionó con la detección de fármacos (véase la tabla), mientras que la autodeclaración de haberse saltado el 50% o más de las dosis tuvo un valor predictivo muy destacado (83%).
En el mencionado ensayo (de distribución aleatoria y a doble ciego), se comparó la administración diaria por vía oral de un comprimido que contenía una combinación de tenofovir (TDF) y emtricitabina (FTC) [Truvada®] frente a un placebo, a fin de verificar su efecto preventivo en una población de HSH, que también recibió un paquete integral de servicios preventivos. Los resultados hechos públicos en noviembre del pasado año se basaron en el análisis de las visitas realizadas hasta el 1 de mayo, pero los participantes siguieron hasta el mes de agosto de 2010 (manteniéndose el protocolo ciego) y, finalizado el ensayo, fueron monitorizados durante un período de 8 a 24 semanas tras interrumpir la medicación del estudio.
El ensayo contó con la participación de 2.499 hombres, los cuales proporcionaron datos equivalentes a 3.324 persona-años de seguimiento para el análisis. En los datos presentados el pasado año se registraron 110 seroconversiones, de las que diez correspondieron a personas que ya tenían el VIH al inicio, pero aún no habían desarrollado anticuerpos, por lo que no habían sido diagnosticadas. De las 100 infecciones restantes, un total de 64 se produjeron en el brazo de placebo y 36 en el de intervención, lo que supone un descenso del 44% en la incidencia del VIH, según el análisis por intención de tratamiento modificada. La eficacia general fue del 47% en este análisis teniendo en cuenta las infecciones basales.
Los datos finales presentados en la CROI 2011 revelaron que se dieron un total de 130 infecciones por VIH entre los participantes, 48 de los cuales tomaban Truvada® y 82, placebo. Entre los 10 hombres que presentaban infecciones basales mencionados en el párrafo anterior, en dos casos el virus pareció haber desarrollado resistencia a emtricitabina. Por su parte, se registraron seis infecciones en los tres meses inmediatamente posteriores a la conclusión del ensayo, cuatro de ellas entre los participantes que tomaban Truvada®.
Esto significa que el nuevo cálculo de eficacia empleando el análisis “por intención de tratamiento modificada” (en el que se excluyó a los hombres que tenían VIH al comienzo del estudio y no se consideraron factores tales como el grado de adhesión y el riesgo sexual) arrojó un valor del 42%. La eficacia fue mayor en varones de más de 25 años (56%), en hombres que declararon una adhesión superior al 90% (68%) y, por motivos que todavía no están claros, entre el relativamente reducido grupo de hombres que estaban circuncidados (76%).
Los datos actualizados del ensayo también evidenciaron que los niveles de adhesión variaron entre las distintas sedes del estudio; así, en los centros de EE UU se registró un grado de adhesión casi perfecto. Además, los hombres que mantuvieron relaciones sexuales de riesgo mostraron unos niveles de adhesión elevados.
La adhesión a los métodos preventivos del VIH es un tema fundamental, ya que su eficacia depende de ella; por esta razón, en los estudios es muy importante hacer un seguimiento de este parámetro. Sin embargo, no siempre es posible confiar en la propia declaración del participante a este respecto, puesto que se sabe que los resultados obtenidos de este modo suelen estar distorsionados por distintos sesgos y, por lo general, sobreestiman el grado real de adhesión.
Así, en el ensayo iPrEx se realizó una medición de los niveles de fármaco a nivel intracelular (en muestras tomadas de forma aleatoria a las semana 24 entre los participantes seronegativos) y se efectuó un análisis de su correlación con distintos indicadores de adhesión (autodeclaración, recuento de comprimidos y las valoraciones en función de la reposición de fármacos). Es fundamental disponer de otras variables para determinar el grado de adhesión porque las medidas directas del nivel de fármaco resultan costosas, solo valoran el uso de la PPrE en un momento concreto y no ofrecen una visión directa de los patrones de intención de empleo de la profilaxis. La utilización de indicadores validados servirá para mejorar la adhesión general requerida para la investigación y puesta en marcha de programas a fin de implementar esta profilaxis.
Se analizaron muestras de 179 participantes y en el 54% de ellas se detectó la presencia de alguno de los dos fármacos. La adhesión determinada por la propia declaración o por el recuento de comprimidos se relacionó con la detección de fármacos (véase la tabla), mientras que la autodeclaración de haberse saltado el 50% o más de las dosis tuvo un valor predictivo muy destacado (83%).
La valoración de las reposiciones de fármacos se pudo medir de forma objetiva y fue menos susceptible a sufrir sesgos relacionados con la aceptabilidad social; asimismo, este método de evaluación de la adhesión fue el más vinculado a la posibilidad de detectar la presencia de los fármacos en el paciente: 0% de detección en el caso de los que tenían fármacos disponibles para ≤50% de los días entre visitas, el 39% si hubo disponibilidad de fármacos entre el 50 y el 100% de los días, 57% si el fármaco estaba disponible entre el 100 y el 150% de los días, y del 79% si el fármaco estuvo disponible durante más del 150% de los días. El hecho de tener más comprimidos que días fue un reflejo del cumplimiento estricto de la agenda de visitas del protocolo. Devolver todas los frascos anteriormente dispensados y acudir de forma oportuna a las visitas también resultaron factores predictivos de la detección de fármaco (p <0,001 p=" 0,01).">
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