Mesa redonda sobre evolución y tendencias de estas mediciones en la DGCTI de la UNAM
La UNAM y la Universidad de Sao Paulo destacan en las primeras posicionesFoto María Meléndrez Parada
Viernes 15 de abril de 2011, p. 45
En el contexto de globalización se ha dado valor mercantil al conocimiento y las universidades tienen que competir en ese terreno. Muestra de ello son los rankings internacionales universitarios, aseguraron especialistas en el tema.
Durante una mesa redonda sobre evolución y tendencias de estas mediciones, organizada por la Dirección General de Cómputo y Tecnologías de la Información (DGCTI), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), académicos y miembros de empresas impulsoras de rankings coincidieron que éstos deben ser vistos como indicadores y no como conceptos holísticos.
Félix Moya Anegón, del grupo SCImago (que publica Ranking Iberoamericano sobre universidades en investigación), aseveró que si bien estas mediciones son diversas, pues unas ponen énfasis en lo comercial y otras en lo académico y científico, es trascendente que siempre aparecen entre los primeros sitios las mismas universidades.
Al referirse a las casas de estudio de América Latina dijo que las universidades Nacional Autónoma de México y de Sao Paulo destacan en estos indicadores globales entre las primeras posiciones por ser las más importantes de la región. Esto es un buen síntoma respecto a su validez.
Señaló que en estas mediciones la investigación es “muy importante. La UNAM, por ejemplo, es una institución que a escala global produce gran cantidad de investigación, por ello tiene que estar en posiciones destacadas, adelante en investigación científica entre todas las universidades de Iberoamérica. Esto pone de manifiesto que los ranking usan indicadores relacionados con el tamaño de la institución y su potencial”.
Para despuntar en investigación los países necesitan invertir más en ciencia y tecnología. En este sentido, subrayó, es comprensible que Brasil produzca tres veces más investigación que México, porque invierte 1.2 por ciento de su PIB en ese rubro, mientras las autoridades mexicanas le destinan al rubro menos de 0.4 por ciento.
Un tema que causó polémica fue la afirmación de Moya Anegón de que la mejor manera de acreditar la calidad en la producción universitaria es que las investigaciones se publiquen en revistas internacionales. En respuesta, Imanol Ordorika, director de Evaluación Institucional de la UNAM, aseveró que si bien las instituciones de educación superior mexicanas deben esforzarse por que sus revistas de investigación ingresen en los cuerpos internacionales de publicaciones en las que se basan los rankings esto, por sí, no es sinónimo total de calidad.
“Debemos dar relevancia y valorar aquellos ámbitos de la producción académica de calidad que no están siendo recogidos en éstas (las internacionales) y que no están en los rankings. Es un peligro pensar que sólo lo que está en esos indicadores es de calidad. Pero tampoco tiene que volvernos autocomplacientes para decir que todo vale.”
El investigador señaló que los rankings no toman en cuenta muchas actividades de las universidades latinoamericanas, como su labor y carácter sociales. Las universidades del mundo tienen tradiciones muy diversas y la evaluación de estas mediciones se basa en el modelo elitista de investigación estadunidense, representado simbólicamente por Harvard. Es lo que se está aplicando y tienen un efecto uniformador.
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