stas líneas son para decirle al entrañable y querido amigo Javier Sicilia, poeta, escritor, ensayista, hombre de pensamiento y de fe que lo acompañamos en su dolor, que éste es también el nuestro, así como el de todos los padres que pierden y han perdido a sus hijos en esta guerra que nos ha sido impuesta. Que su herida y su desgarradura es la nuestra.
A ellos, a todos los que han perdido parte de su vida en la vida perdida de sus seres más queridos, reciban nuestro consuelo también desconsolado.
Estamos con las vestiduras y el corazón rasgados quedándonos sin la palabra que es, en estas circunstancias, el último reducto de lo humano.
Que nuestro poeta anuncie que se retira de la poesía es el luto máximo al que hemos podido llegar, después de esto no sólo no hay futuro posible, tampoco hay presente posible.
Sin la palabra profética de la poesía no es posible ni la justicia, ni la educación, ni la cultura, ni el amor, ni la esperanza, ni la fe, ni la vida en general.
Tenemos que parar esta espiral de genocidio sordo en la que estamos inmersos. Unir nuestras responsabilidades. Es preciso recuperar la palabra y volver a conjugar el verbo futuro.
¡Ni un muerto más en esta guerra suicida que está haciendo de nuestro país un cementerio y un valle de lágrimas!
Un abrazo entrañable con toda el alma para Javier Sicilia y todos los padres que están en el mismo lugar.
Atentamente Saúl Kaminer
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