La indígena maya Basilia Ucan Nah, sentenciada a 12 años de prisión por el delito de lenocinio y corrupción de menores, podría quedar libre en las próximas semanas si las autoridades judiciales de Quintana Roo admiten finalmente que el proceso en su contra estuvo plagado de irregularidades y sirvió para fabricarla
como culpable.
Así lo afirmó Jacqueline Sáenz, coordinadora del área de defensa del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh), quien en entrevista con La Jornada explicó los detalles de un caso en el que, según la activista, nuevamente se configuran todos los elementos de abuso legal contra mujeres indígenas pobres.
Ucan, señaló, es originaria de la comunidad de Yoactún, municipio de Felipe Carrillo Puerto, en Quintana Roo, y fue detenida de manera arbitraria por policías estatales en marzo de 2008, acusada de formar parte de un grupo que se dedicaba a la explotación sexual de mujeres.
Aunque siempre negó los cargos en su contra, Basilia Ucan –quien no sabe leer ni escribir– fue engañada por el agente del Ministerio Público, quien le ordenó estampar su huella en un documento, en el cual supuestamente se le exentaba de cualquier delito, pero que en realidad era una declaración prefabricada de culpabilidad, denunció Sáenz.
Unos días más tarde, fue condenada a 12 años de cárcel por el delito de lenocinio y corrupción de menores, pero desde el principio nosotros señalamos que esa sentencia no tiene ningún fundamento, e incluso es producto de un segundo proceso judicial, ya que el primero fue desechado por las irregularidades que tuvo
.
La juez encargada del asunto desestimó los cargos de una de las menores acusadoras, por considerar que no había pruebas, pero mantuvo los de otra, a pesar de que en un primer momento ninguna de las dos dijo reconocer físicamente a Ucan Nah. En la ampliación de sus declaraciones, de pronto una dijo que sí la había visto antes.
A tres años del encarcelamiento de la acusada, el equipo jurídico del Prodh interpuso un recurso de agravio por las irregularidades del proceso, y apeló de la decisión de la magistrada. Si dicho mecanismo prospera, quizá en algunas semanas Ucan podría recuperar su libertad.
Por ser mujer, indígena y pobre, la fabricaron como culpable de lenocinio junto con un señor que nunca le hizo ninguna imputación. Quintana Roo tiene una alta incidencia de explotación sexual y no hay políticas claras de investigación, por eso se presenta a cualquier persona para decir que se está combatiendo el problema. Sabemos que como Basilia hay muchas otras, indicó Sáenz
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