Leonardo Bastida Aguilar
Foto: Adriana Tapia / Karen Hernández
Debido a fallas en la organización y logística, hasta media hora transcurrió entre cada uno de los carros alegóricos participantes en la XXXIII Marcha del Orgullo LGBTTTI, por lo que se presentaron enormes huecos a lo largo del recorrido.
Al filo de las 16:00 horas, muy pocos contingentes lograron llegar al cruce de Eje Central y la calle 5 de febrero, sitio en el eran “invitados” a descender de las plataformas para continuar el recorrido a pie hasta el Zócalo capitalino.
Cuando los asistentes llegaron a la Plaza de la Constitución, esta lucía ocupada por las instalaciones del campamento del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), como parte de su movimiento de protesta luego del decreto de extinción emitido por el gobierno de Felipe Calderón en 2009.
Durante la lectura del mensaje político, el cual fue resumido debido a su extensión y a que está disponible en distintas páginas de Internet, al Zócalo capitalino sólo habían llegado cerca de 5 mil personas, y ante la imposibilidad de instalarse a observar el espectáculo, debido al campamento del SME, la mayoría optó por alejarse del lugar.
A su vez, diversos representantes de medios de comunicación tuvieron dificultades para ingresar al evento principal debido al enorme cerco policiaco instalado en el lugar para resguardar a los participantes del evento.
De acuerdo con el comité organizador, el número de asistentes a la XXXIII Marcha del Orgullo LGBTTTI ascendió a 300 mil, a la vez que la Secretaría de Seguridad pública capitalina calculó en 55 mil, el número de personas congregadas en el Zócalo capitalino. El agente del Ministerio Público LGBTTTI, Javier Gómez Bastida, reportó saldo blanco.
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