Foto: Adriana Tapia / Karen Hernández
Estimado público lector: Con motivo de la XXXIII Marcha del Orgullo, 33 voces autorizadas y reconocidas del activismo gay, lésbico, transexual, académico, legislativo, de la defensa de los derechos humanos, sexuales y reproductivos, así como de la lucha contra el VIH/sida, reflexionan sobre el significado político, social y económico de esta movilización que inicialmente fue sexopolítica, pero que ahora, para algunos ha sido convertida en un auténtico “carnaval”, y para otros, es una combinación de lucha social y mercado rosa.
En este séptimo y último bloque, las opiniones de Juan Jacobo Hernández, Patria Jiménez y Max Mejía.
A 33 de iniciadas las Marchas del Orgullo, ¿usted considera que mantienen su carácter reivindicativo de derechos o han sido absorbidas por el mercado y afectadas por la apatía de los jóvenes?
“Las marchas me causan mucha sorpresa y satisfacción, vivimos en otro siglo y el carácter de las marchas necesariamente ha cambiado, las condiciones sociales y de la comunidad gay son totalmente diferentes a las de hace 33 años.
“Es decir, el entorno violento, de extorsión, de redadas cada semana o periodicazos infames y brutales, ya no hay terror. Jamás hubiera pensado que podría pasear por Reforma y ver a parejas de jóvenes gays besándose, abrazándose, demostrándose su cariño, en el metro, sin preocuparse en averiguar por qué tienen ese espacio, y no tienen por qué estarlo haciendo.
“El hecho de que haya apatía pues es signo de los tiempos en México no es exclusivo de los jóvenes gays, hay que ver a los reggeatoneros, los chicos fresas, los estudiantes, hay una apatía y un desencanto social en el ámbito político, y también este desencanto es el que lleva a que no haya una adherencia o una convocatoria a los llamados de los partidos o agrupaciones políticas, no les interesa eso, les interesa aprovechar los espacios que ya se abrieron.
“Me parece que no ha sido cooptada por el mercado, hay una diversidad impresionante en la marcha, de todo tipo, de toda tendencia. Creo debemos congratularnos de que acudan masivamente, por su propio pie, a pesar de una convocatoria muy limitada y dirigida al guetto, no va a la gran masa, la cual va porque ya es una tradición, se ha convertido en un ícono de la Ciudad de México e ilustradora y promotora de muchas otras marchas”.
Juan Jacobo Hernández
Presidente de Colectivo Sol, organización pionera en México en la respuesta al VIH/sida y uno de los primeros integrantes del Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR)
“Creo que sí en parte hemos sido absorbidos por la cuestión de la mercadotecnia, de que ahora consideramos más importante quiénes asisten a la marcha antes que conocer las cuestiones reivindicativas del movimiento. La apatía de los jóvenes es responsabilidad de nosotros, de quienes no hemos podido transmitir el mensaje de que si no se pelea por conservar los derechos, estos se pueden perder. Da la impresión de que los jóvenes creen que las cosas ya están dadas y entonces ante los reveses que podamos tener en la historia, podemos estar mal parados.
“Sin embargo, los jóvenes tendrán el compromiso de hacer un ejercicio de reflexión también para considerar su participación, si sólo lo van a hacer de la crítica o la marcha de fin de semana, o si están dispuestos a seguir caminando hacia mejores condiciones de vida para la comunidad LGBTTTI”.
Patria Jiménez
Coordinadora del Clóset de Sor Juana, primera diputada federal plurinominal abiertamente lesbiana en 1997 de la LVII Legislatura, y senadora suplente de Demetrio Sodi
“Mi respuesta es positiva. Un reflejo magnífico de ese espíritu reivindicativo es, por un lado, la expansión numérica que ha ganado la concentración, y por el otro, el crecido apoyo social a la causa de la diversidad sexual. Ello habla muy bien de los esfuerzos invertidos por activistas y grupos del presente y el pasado, pues han hecho lo adecuado para que la población LGBTTTI gane terreno social y avance en sus derechos. Incluso podría hablar de algún nivel de rebasamiento para las fuerzas del activismo, puesto que urge traducir estos éxitos en aumento equivalente de la infraestructura de servicios y de apoyo la población LGBT tanto en la capital de la Republica como en los estados. Hoy más que nunca es importante darle una dimensión nacional tanto a las marchas como a los esfuerzos del activismo.
“Me siento orgulloso de haber sido parte de ese grupo de gente que comenzó esta lucha de los derechos de la entonces llamada comunidad lésbico-gay, hoy comunidad LGBTTTI”.
Max Mejía
Pionero del movimiento de liberación homosexual de México
*Con información de Leonardo Bastida Aguilar, Guillermo Montalvo Fuentes, Elida Abonza, Karen Hernández, Adriana Tapia, Luis Méndez Pérez, y Mario Alberto Reyes
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