Domingo 14 de agosto de 2011, p. 18
La defensa de los derechos humanos en México es una labor cada vez más riesgosa para los activistas y sus familiares, no sólo por las amenazas, asesinatos y desapariciones a que se ven expuestos por la delincuencia organizada, sino también por la criminalización que ha hecho el gobierno de esta tarea.
Advirtieron lo anterior colectivos participantes en el cuarto Encuentro Nacional de Defensoras y Defensores de Derechos Humanos y Periodistas –que finalizó ayer–, quienes llamaron a las autoridades a concretar de inmediato un mecanismo de protección, como es su responsabilidad institucional.
En una declaración firmada por una treintena de organizaciones, los activistas lamentaron que la situación de los derechos humanos en México ha sufrido un grave retroceso
, y pusieron como ejemplo los temas de la ley de seguridad nacional, la militarización, la persistencia del fuero militar y el incumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Peligro permanente
Además del peligro permanente que significan los grupos de delincuentes para los defensores de las garantías fundamentales y los periodistas –subrayaron–, nos enfrentamos a campañas de desprestigio (...) y al uso del sistema penal para criminalizar nuestra labor
.
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