En América Latina la situación de los pueblos indígenas sigue siendo difícil y se caracteriza por la violación a sus derechos, el despojo de sus tierras y recursos naturales, así como por la imposibilidad de acceder a puestos públicos e incidir en las políticas de gobierno, aun en los países en que se han aprobado constituciones plurinacionales y que son de corte progresista
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Se advirtió lo anterior durante el primer día de actividades de las terceras Jornadas andino-mesoamericanas, movimiento indígena: tierra-territorio, autonomía, Estado y transformación social, organizadas por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Xochimilco, en las que participan representantes indígenas de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, México y Perú.
Fabiola Escárzaga, profesora del Departamento de Política y Cultura de la UAM-Xochimilco, señaló en entrevista que las constituciones plurinacionales promulgadas en algunas naciones no se aplican cabalmente, por lo cual continúan la discriminación y el atropello de los derechos de los integrantes de las etnias originarias, aunque subrayó que esto ocurre en mucho menor medida que en las economías neoliberales, donde la situación de los indígenas es peor.
El problema es que el cumplimiento de las reivindicaciones no se ha traducido en leyes plasmadas en las constituciones ni en las políticas oficiales. Así que tanto en estos gobiernos de izquierda como en los neoliberales hay una intensificación de las políticas extractivistas; se amplían las concesiones a empresas trasnacionales para el uso de los recursos de los territorios indígenas y, por tanto, no se están respetando los derechos de las etnias que fueron reconocidos en las constituciones
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La académica puso de ejemplo lo que estamos viendo con el gobierno de Evo Morales por la construcción de una carretera que atraviesa una reserva ecológica, y que ahora paró la obra (temporalmente). En Ecuador es peor, porque el presidente Rafael Correa no hizo una alianza con la organización indígena que fue protagonista del movimiento, y qué decir en los países con gobiernos neoliberales: ahí la situación es mucho más trágica
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