Diego Palacios Jaramillo
Presidente Grupo Temático
ONUSIDA
P r e s e n t e.
Leemos con sorpresa un comunicado fechado el 14 de septiembre del año en curso, donde el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) reconoce “el esfuerzo” del gobierno mexicano en materia de lucha contra el VIH/sida.
En el documento el referente de dicho reconocimiento recae en su persona y en su cargo, y se le atribuye la exaltación de logros en materia de acceso universal al tratamiento antirretroviral por parte del gobierno mexicano, así como la creación de espacios de diálogo y la realización de campañas masivas para eliminar el estigma y la discriminación que persisten sobre quienes viven con VIH/sida.
Simultáneamente a esos reconocimientos, el comunicado describe una relación de temas hecha por usted sobre asuntos pendientes de ejecutar que forman parte de los compromisos que deben permitir contribuir a las metas del Milenio en el 2015. La lista es larga y preocupante ya que se mantienen las condiciones estructurales que limitan alcanzar esos compromisos, por cierto signados por las autoridades mexicanas en años anteriores y obviamente sin resultados.
Al mirar con detenimiento dicho comunicado, no podemos evitar dirigirle estas palabras que son reflexión honesta sobre el papel que usted juega al frente de ONUSIDA en esta región y, en consecuencia, sobre la manera en que califica usted las actividades del programa nacional de sida, donde asume usted dos lecturas diferentes e incluso confrontadas sobre sus alcances e impacto. No obstante, usted saber bien que en materia de VIH/sida no hay medias tintas. O estamos bien o no lo estamos. Y usted parece irse por el borde.
Por un lado, señala logros que nosotros no distinguimos y que tampoco perciben muchas otras personas vinculadas al trabajo en VIH/sida. Por supuesto que cuando nos referimos a estas últimas no hablamos de quienes siempre aparecen ligadas a la burocracia del sida en este país, y eso incluye una parte de activistas anclados a los presupuestos gubernamentales.
Solo por citar ejemplos breves le referimos que acaba de presentarse un impactante desabasto de antirretrovirales (ARV) en el que sin duda el CENSIDA tiene responsabilidad administrativa, pero usted asegura que existen avances en acceso universal. También refiere la creación de espacios de diálogo y bien sabemos que si algo caracteriza la administración de José Antonio Izazola al frente del CENSIDA es lo contrario, que incluye expulsión de activistas y organizaciones críticas, a pesar de que el funcionario busque demostrar lo contrario. También habla usted de campañas masivas de prevención. Con todo respeto, no sabemos a qué se refiere. En México hace años que no se han implementado campañas masivas y mucho menos se conocen los resultados de los espots difundidos en los últimos años, por cierto sin una estructura mediática articulada.
No creemos, finalmente, que sea correcto entregar un reconocimiento institucional a quien apenas toma la batuta al frente de la Secretaría de Salud federal. El nuevo secretario, Salomón Chertorivski, queda de esta manera inducido a construir una visión distorsionada al respecto, y lo podría hacer por la distorsión que su reconocimiento provoca.
En el CENSIDA persisten puntos oscuros que no pueden diluir un reconocimiento como el que la organización bajo su representación regional ha conferido. No es ético señor, ni políticamente correcto, emitir reconocimientos donde no hay condiciones para hacerlo.
Si está en su interés equilibrar la visión sobre el estado en que se encuentra la epidemia en México, lo mejor es renovar interlocutores en la llamada sociedad civil, en los medios de comunicación y sobre todo en las comunidades de personas que viven con VIH, donde rara vez se palpan los resultados atrevidos que usted ha reconocido.
Atentamente:
Luis Manuel Arellano (Distrito Federal)
Carlos Edmundo Martínez Esparza (Distrito Federal)
Luis Adrián Quiroz (Distrito Federal)
Miguel García Murcia (Distrito Federal)
Juan Carlos Medel Cabrera (Ciudad Juárez, Chihuahua)
Edgar Ricardo Mora (Cancún, Quintana Roo)
José Cruz Guzmán Matías (Villahermosa, Tabasco)
José Ricardo Maldonado Arroyo (Mérida, Yucatán)
Martín Lira (Puerto Vallarta, Jalisco)
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