Leonardo Bastida Aguilar
El derecho a la vida es fundamental y lo tiene toda persona por el hecho de serlo, por lo que el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Luis María Aguilar, consideró que ninguna constitución estatal debe definir los derechos fundamentales, ya que este es un deber de la legislación federal.
Explicó que una ley ordinaria no puede rebasar el efecto de una ley federal, lo cual detentaría el principio de supremacía de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Comentó que las constituciones estatales sólo regulan el funcionamiento orgánico de las entidades federativas, pero no definen derechos fundamentales.
En el marco de la discusión de la acción de inconstitucionalidad 11/2009 promovida por la Procuraduría de los Derechos Humanos y de Protección Ciudadana de Baja California contra los poderes Legislativo y Ejecutivo por las invalidez del artículo 7 de la constitución política de esa entidad, el cual señala que desde el momento en que un individuo es concebido, entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes hasta su muerte natural o no inducida.
Si los estados definieran los derechos humanos, se generaría que los derechos no fueran iguales para todos y tendrían un significado distinto para cada habitante del país. Sólo se aplicarían a un número limitado de mexicanos, lo cual resultaría una práctica discriminatoria, porque no podrían acceder todos a ellos, dijo el ministro, quien aseveró que el tema del derecho a la vida y la definición de este es competencia de la legislación federal y por tanto, sólo debe estar asentado en la Ley Suprema.
Por su parte, el ministro Sergio Aguirre Anguiano, se manifestó en contra de la postura adoptada por el proyecto que plantea la inconstitucionalidad de las reformas al artículo 7 de la Constitución Política de Baja California.
Planteó que el proyecto da a entender que “si no nace, (un individuo) eres una cosa”, pues para él toda vida humana tiene como principio la fertilización del óvulo y termina con la muerte, por lo que la vida tiene un origen natural y no es “una ficción jurídica”.
“Es lógico que si un espermatozoide fecunda a un óvulo, nacerá un ser humano y no un perrito o un gatito”, concluyó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario