El ideal de belleza es, ante todo, blanco, y la mayor presión social al respecto recae sobre las mujeres, lo que se refleja en el uso de cosméticos, tintes para el cabello y ropa que aclaren la piel, expuso María del Carmen Quintero en la ponencia Blancura es belleza: ser moreno en México es un problema, presentada en el encuentro sobre belleza y prácticas corporales organizado por la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco.
La académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló, con base en estudios realizados con anterioridad, que el marcador de color opera como mecanismo de regulación en el acceso a servicios y espacios de socialización
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Refirió una investigación que da cuenta de cómo se hostiga en espacios públicos (camiones, escuelas) a indígenas mazahuas en la ciudad de México por su aspecto, aunque vistan como la gente de la ciudad, y que incluso se les llega a excluir de servicios públicos y privados.
Asimismo, explicó, personas de clase alta también enfrentan obstáculos para desenvolverse en su propio medio social si son morenas.
La simbolización de la ideología racista que proyecta la cultura se transmite a través de políticas y prácticas públicas (culturales, económicas, sociales) y privadas (laborales, de publicidad) y de los medios de comunicación, especialmente la televisión
, apuntó.
Subrayó el papel central de la familia, por ser el espacio de socialización temprana en el que se aprenden clasificaciones raciales
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De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010, realizada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, cuatro de cada 10 entrevistados opinan que a la gente se le trata de forma distinta según su tono de piel.
Además, dos de cada 10 personas de nivel socioeconómico muy bajo han sentido que sus derechos no han sido respetados por el color de su piel, en contraste con uno de cada 10 de nivel socioeconómico medio alto y alto
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